miércoles, 9 de noviembre de 2011

El nuevo "acuario"

 Estoy reponiéndome del feroz ataque de Pascualita; de la bronca monumental de la abuela a la que no puedo hacer entender que la culpa del destrozo del acuario no fue mía sino de ella por consentir que su amiga metiera allí a su pez; de la atontada esa al no darse cuenta de que los peces de agua dulce no son compatibles con el agua salada y de la histérica de Pascualita que si no me ataca no está contenta.
A la vecina la he dejado por imposible, ya no trato de convencerla de nada porque, cuando me ve no me deja hablar, solo sabe decir ¡Egoísta, más que egoísta! Por tu culpa mi Anacleto está malito ¡Egoísta! . Es como un mantra, pesado y repetitivo. Menudo chaparrón me ha caído encima, más grande que la cantidad de litros de cuando se rompió el dichoso acuario. Por cierto, a causa de ello tengo un constipado de tres pares de narices y en lugar de darme calditos y tisanas, la abuela me dice (con toda su mala leche) : - "Así aprenderás a ir con cuidado con las cosas ¡Manirrota! ¡Aprende de mí que aún uso el orinal de cuando me casé y está nuevo como el primer día!"
He visitado un montón de tiendas de segunda mano pero no he encontrado ningún acuario, al final he recurrido a las tiendas de chinos y lo más parecido que he encontrado es una bañera de bebé, de plástico duro, rosa. Ocupa mucho menos sitio en el comedor pero es antiestética, por lo menos para mí, a la abuela, en cambio, ese rosa chicle le encanta, dice que da glamour y originalidad a la sala por qué, a ver ¿en cuántos comedores hay algo así decorando y dando alegría con ese bonito color? No he abierto la boca, bien está lo que bien acaba además, en cuanto entro allí me pongo las gafas de sol y el rosa no me asalta. La rencorosa de Pascualita me tira chorritos de agua cuando menos me lo espero. Creo que a ella no le ha gustado el cambio porque, como no se suba al borde, no nos ve. La abuela ha dicho que ésta tarde arreglará este asunto, no sé cómo pero viniendo de ella me espero cualquier cosa. Lo único que he sacado en claro es que su pretendiente (¿otro?) le ha dado la idea. - ¿Le has hablado a un desconocido de Pascualita? - ¡Claro que no! ¿crees que soy tan tonta como tú?... Le he dicho que tengo una tortuga muy cotilla a la que le gusta mirarme cuando como..." - Se habrá quedado a cuadros con esta explicación - "... pues no, porque lo que yo le digo va a misa... Por cierto, no le llames "desconocido" de esa manera despectiva porque puede que, en breve, se convierta en tu abuelo" - ¿Ya le has contado que tienes un orinal para compartir con él? - A veces a mi también me sale la mala uva.

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