viernes, 11 de noviembre de 2011

Estoy pensando en las veces en que la abuela me ha hecho caso...¿?... ninguna. Y hoy  no iba a ser la excepción. Antes de que llamaran al interfono ya estaba lista y sentada junto a la puerta. Se había puesto chándal, chirucas, un pañuelo floreado a la cabeza para no despeinarse; el termo ha sido sustituído por un taper más ancho, rodeado por una cinta para colgarlo del cuello. La tapa lleva una tapita adicional que la abuela mantenía abierta y por la que, apenas puede sacar la cabeza Pascualita. Y sobre el regazo descansaba un cesto: - ¿Y eso? - le pregunté enfurruñada - "Para llenarlo de setas" - ¿vas al mercado? Te advierto que están caras - No me contestó porque en ese momento sonó el telefonillo - "¡Ya bajo, cariño!" Me asomé al balcón. En la calle había una vespa con sidecar y un motorista con casco, eso fue todo lo que ví. Un momento después la abuela, Pascualita y el motorista desparecieron al girar la esquina.
A las cinco de la tarde aún no habían vuelto y lo peor fue que tuve que hacerme yo la comida cuando llegué de trabajar. Luego me dije que por la noche compensaría  la triste tortilla francesa por unas ricas setas a la plancha.
Había oscurecido cuando oí girar la llave en la cerradura - ¡Por fín habéis llegado! ¡A ver esas setas!- Por toda respuesta puso el cesto sobre la mesa con muy malos modos - "¡Toma setas! ¿Te parecen pocas? Pues al listo del ingeniero agrónomo (¿ya no era "cariño"?) al que he ganado porque he recogido más que él, se lo comía la envidia y me ha dicho que "así" no vale. ¿Cómo qué no vale, imbécil? ¡Me ha sacado de mis casillas! ¡Si no sabes buscar setas no te la des de entendido! le he dicho. ¿sabes que me ha contestado? ¡Que las podía tirar todas! ¡Menudo mequetrefe! Así podría ir él presumiendo de que ha recogido más que yo... Esa ha sido una de las discusiones pero ¡ha habido más! ¡Es un mete patas! Menos mal que lo he descubierto antes de que la relación fuera a más..." - ¿Ya me he vuelto a quedar sin "abuelito"? - he preguntado con cara inocente - "¡Por suerte! ¡Menuda pieza el tipo ese!... Después, haciendo un alarde de mala educación, porque no me ha pedido permiso, me ha quitado el taper sin darme cuenta..." - ¿Del cuello y no te has enterado? - "pensé que quería abrazarme pero no, quería beber agua y antes de que pudiera reaccionar , ha pegado un buen trago. Y ahí se ha armado el pitote. Al tragar el agua de mar ha empezado a toser y ahogarse porque no podía quitarse el cacharro de los labios ya que Pascualita, al ver invadida su intimidad, le ha pegado un mordisco, sin soltar, junto al bigote, justo cuando yo tiraba del taper para que no descubriera a la sirena. Al final creo que ha ido a urgencias porque se le ha desprendido un trocito de labio. No veas cómo sangraba pero ya sabes lo exagerados que son los hombres" - ¿No le has acompañado? - "Para qué si nuestra relación se rompió cuando me dijo que tirara las setas. El pasado, pasado está" - Pascualita pasó a su "acuario" llevando, aún, un pelo del bigote enredado en su "melena".
Al colocar las setas en una bandeja no ví ninguna que me diera buena espina. La abuela ya había puesto la plancha a calentar para asarlas pero yo no tenía coraje para comerme ninguna y sobre todo para decírselo. Se me ocurrió una cosa - Prefiero hacerlas en la sartén con unos ajos y vino ¿qué te parece? - le pareció bien - y podemos usar la cuchara de plata de mi comunión para removerlas... - "¿por qué?" - por curiosidad. Dicen que si alguna es venenosa, la plata se oscurece... ¿hacemos la prueba? - Estaba tan cansada que dijo sí a todo. Veinte minutos después tiramos la cosecha de setas a la basura junto con la cuchara de plata

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