martes, 20 de diciembre de 2011

Subiendo la escalera de casa he oído ladrar. Parecían los ladridos de un perro grande y otro chico ¿de quién serían? porque en la finca hay algún gato, canarios, periquitos, peces y ... Pascualita pero perros no. La sorpresa fue que estaban en casa. A mi me dan miedo, por eso dejé la puerta de la calle entreabierta por si tenía que salir corriendo. La abuela, que había oído la llave, gritó: "Pasa y verás qué cosa más bonita" - ¿Están sujetos? sino ya volveré más tarde - "¡Pasa, boba, que no te van a comer!" - No las tenía todas conmigo pero hice de tripas corazón y llegué, poco a poco, hasta el comedor - "¿A qué son bonitos? Se llaman Atlas y Axis y son de este chico que, por cierto no está nada mal pero vaya, no te hagas ilusiones porque ya está pillado... ¿Te das cuenta? siempre llegas tarde a todo. ¡Que poca carrera voy a hacer de tí!" - Pascualita, sentada en el borde de su "acuario" contemplaba las idas y venidas de dos perros imaginarios porque, una de dos ¿o yo necesitaba hacer una visita urgente al oculista o estas dos me estaban tomando el pelo? ya que, a pesar de oírlos, no los veía por ningún sitio. En cambio el dueño estaba de cuerpo presente tomándose un chinchón (o varios ya, porque a la botella le habían dado un buen bajón) y en animada charla con la abuela.- "Ven, que te voy a presentar, es Pau, un genio del dibujo. No tiene un pelo de tonto para estas cosas ... Bueno (dijo con desparpajo) ni de listo jejejeje. Creo que lo perdió para dejar sitio en su cabeza a las nuevas ideas ... Anda, tómate una copita y entónate que en la calle hace frío. Nosotros ya no tenemos jijiji porque desde hace un rato, lo combatimos ..." - ¡Claro! por eso veis perros donde no los hay... ¿Pascualita también ha bebido? - La abuela arrugó la naríz en plan coqueto - "Humm... ¡un poquito!... ¡Toma!" - cogí la copa y la vacié de un trago. Estaba muy apurada. En casa había un desconocido y Pascualita se mostraba abiertamente delante de él. ¿Es qué éstas dos no tenían ni pizca de seso en sus cabezas de chorlito?. Pau y la abuela tenían una conversación muy amena porque no dejan de reir ni de pasarme copitas que ¿a ver qué iba a hacer?  vaciaba en seguida. Un rato después el frío había desaparecido dejando paso a un calorcillo agradable. - ¡Anda, que perro tan bonito... Oh, que cosita tan mona el chiquitín! ¿De dónde salen? - "De las páginas de este tebeo" - ¡Vaya! ¿ Has visto, Pascualita? Es chuliiiii... simo... ¡hip!... jajaja ... Ay, no sé que me pasa. Estoy un poco... mareada ... Será por las curvas del... otro día ¡hip!- entonces, sin tener muy claro lo qué hacía, cogí a Pascualita y se la tiré al dibujante pillandolos desprevenidos a los dos. Se dieron un buen susto mientras yo me partía de risa. Acto seguido sonó un grito desgarrador que tan bien conocíamos la abuela y yo - "¿Qué te ha pasado, Pau?" - preguntó aunque ya sabía la respuesta. Pascualita, una vez más, intentando no caerse, había clavado sus venenosos dientecitos de tiburón, esta vez en el dedo del dibujante - "¡¡¡Estás loca!!! - me gritó la abuela - Ahora tendré que abrir otra botella de chinchón para que, al despertar, no recuerde nada. Si este tío nos demanda se nos cae el pelo. Ese dedo es uno de sus instrumentos de trabajo ¡y no para de hincharse! ¡¡¡Es que no sirves ni para hacer bromas!!!"

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