miércoles, 22 de febrero de 2012

Cuando he llegado del trabajo la abuela trajinaba en la cocina y cantaba a voz en grito La Zarzamora. Pascualita la miraba embelesada sentada en el borde de la pecera y Pepe, a pesar de tener los ojos cerrados, también parecía escuchar con mucha atención.

- "¡Hola, guapa!" - Miré tras de mí y no había nadie - ¿Es a mí? - "Claro ¿A quién si no?" - Aquí había gato encerrado - ¿Has hecho paella? Pero si no es domingo - "¿Y qué más da?... ¿Acaso los pobres no podemos darnos una alegría de vez en cuando?... Pascualita ¿a qué está buena?" - En los bordes de su boca quedaba un rastro amarillo de cuando la abuela se la dió a probar. La sirena juntó el pulgar y el índice para indicar OK. ¡Que lista es! También había una manchita en la boca cerrada y cosida de Pepe - ¡Abuela, esta cabeza no come! - "Ya lo sé, pero como está en casa no quiero discriminarla..." - ¿Tenemos invitados? ... ¿Vienen el Médico? - "No, no. Es que estoy de buen humor por algo que he descubierto... Una nueva enfermedad laboral... Las agujetas... ¡por dar palos! jajajajaja... Desde que lo he leído no pueda parar de reír. Los guardias de Valencia, los que se pasaron de la raya, la sufren jajajaja... ¡en el pecado llevan la penitencia!

Nos pusimos como el Kiko y me preparaba para una siesta reparadora cuando la Cotilla entró en el comedor. Salté de la butaca como un resorte y con la mano extendida. La mujer puso en ella la llave ¿cuántas copias había hecho? - ¡Toma, toma!... ¡Que pesada está ésta mujer con las llaves!... Bueno, yo venía a... el caso es que hasta mi casa he llegado el aroma de paella ¿Venía de aquí, verdad? - Sí (dije yo) y ESTABA de muerte - ¿No ha quedado nada? - Esta mujer tiene más cara que espalda. Como le digo a la abuela ( a pesar de que no me cree) esta tía se está haciendo rica a costa nuestra porque gasta poquísimo en comida ¡por lo menos podría traer el pan!

Acabó comiendo paella ¿cómo no? y a mí se me agrió la digestión. Mientras ella rebañaba el plato la abuela desapareció de mi vista y al rato salió de su cuarto arreglada y perfumada -"¿Qué tal estoy?" - Muy bien, no pareces tú - Y era verdad, no iba estridente sino sencilla y elegante - "¿Lo dices en serio?... Me voy al Funeral. He quedado allí con Andresito. Va a presentarme a su padre - ¡¿Su padre?! - dijimos a la vez la Cotilla y yo - "Sí, quiere que formalicemos nuestra relación y como mi futuro suegro es muy conservador, Andresito me pidió que me recatara un poco a la hora de vestirme... " - ¡Debe ser contemporáneo de Tutankamón! - " Ya estás diciendo tonterías" - Luego, bajando la voz, me dijo que se llevaba a Pascualita en plan broche - ¡Cuidado (le dije, también en voz baja) que si muerde al "suegro" se le quedarán los dientes enganchados en las vendas jijijij! - "Naciste tonta y morirás tonta, no tienes arreglo"

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