jueves, 16 de febrero de 2012

Esta mañana a venido a casa el Parado. Se le veía ilusionado - "¿Qué pasa, Blas? ¿Traes buenas noticias?" - Hoy he tirado mis escrúpulos por la ventana después de decirme un millón de veces que no dan de comer. Así que me he liado la manta a la cabeza y... he atracado a la primera persona con la que me topado al salir a la calle... - "¡Pero ¿qué has hecho, hombre de Dios!... ¿y qué? ¿cuánto has sacado? ... porque si eso es rentable..." - El atracado era un hombre de aspecto muy serio y recto, me ha intimidado un poco pero como ya estaba decidido a delinquir le he hecho la pregunta de rigor: ¡La vida o un puesto de trabajo! - "¿Estás seguro qué es así? yo diría que es: ¡La bolsa o la vida!" - Ya sé que es así pero ¿qué hago yo con una vida? Lo que quiero es trabajar y no tener que ir mendigando por ahí... Por cierto ¿son lentejas eso que huele tan bien? - Sí y hay un plato para tí... Sigue" - Entonces Blas se fijó en el broche que llevaba prendido la abuela - ¿Es antiguo? Tal vez nos darían algo por él aunque... bien mirado es bastante feo... ¿De dónde lo ha sacado? - "Huy, era de mi bisabuela. Es una baratija pero le tengo cariño por los años que lleva conmigo - Pascualita, dándose cuenta de que estaban hablando de ella, estaba muy tiesa, casi ni respiraba. Había acordado con la abuela que ella estaría presente en las reuniones. Naturalmente no lo hablaron pero la sirena se hizo entender a base de mostrarle los dientes cada vez que había visitas y la abuela escondía la pecera en mi cuarto. No le apetecía estar discriminada mientras que Pepe, el último mono en llegar a ésta casa, presidía la mesa y se enteraba de todo.
Blas prosiguió - El asaltado es un juez. En cuanto me lo ha dicho se me han caído los palos del sombrajo. Al ver mi desespero me ha contratado. Su mujer acaba de quedarse sin jornalera y me ha dado a mí el puesto. Empiezo mañana - "¡Enhorabuena! Esto se merece un chinchón" - ¿Qué es lo que celebráis? - preguntó la Cotilla apareciendo, como por arte de mágia, en el comedor. Una vez puesta al corriente y en vista de que Blas ya no la iba a necesitar, le pidió prestada la pistola para meterse también a atracadora. Necesitaba un sobresueldo - No tengo. La he simulado metiéndo la mano en un bolsillo y apuntando con un dedo - Vaya... De momento, dadme una copita a mi también y luego me pondré a practicar lo de la falsa pistola.

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