domingo, 18 de marzo de 2012

Hemos ido a correr la Cursa. No me lo podía creer cuando he visto a la abuela con zapatillas de deporte, pantalones de ciclista, camiseta sin mangas y una banda de toalla en la cabeza para detener el sudor. - ¿De qué te has disfrazado?  - "De nada, inculta. Voy a correr la carrera que sale enfrente de la Catedral" - Te vas a constipar - "¡Déjate de tonterías! Hacer deporte es muy sano" - ¿Y cuándo haces tú deporte? - "Pues, por ejemplo, esta mañana" - ¿Y la próxima vez que lo hagas será el año que viene? - "¡Será cuando me dé la gana!"

 Un ratito después ha venido la Cotilla y parecía una copia de mi abuela - ¿Esta también va a correr? Esperad un momento que vengo con vosotras y os sacaré fotos cuando estéis en la UCI móvil.- Tu nieta, siempre tan simpática.

Si por un momento pensé que iríamos solas, me equivoqué totalmente porque Pascualita y Pepe también vinieron. La sirena en el termo y la cabeza, en plan colgante del cuello de la Cotilla. Antes de salir de casa ya les había echo un montón de fotos a las dos mises.

Fueron a por sus dorsales pero no se metiron en el mogollón de corredores que aguardaba la salida. Se fueron hasta la mitad del recorrido a esperar que pasaran los primeros atletas y se incorporaron a la carrera con toda su cara dura. Al poco rato ya formaban parte del pelotón de los torpes. Se paraban a criticar a unos y otras, o saludaban a conocidos y pegaban la hebra un ratito. En un corto tramo en que les dió por competir, la abuela dió un traspiés que por poco la manda al suelo pero no pudo evitar que Pascualita saliera despedida. Menos mal que cayó en el seto y la hierba amortiguó el golpe pero la abuela detuvo la carrera hasta que dió con ella. - "¡No señor, no se pasa! Tengo que encontrar a Pascualita ¡Ayúdame a encontrarla en lugar de gritar, imbécil" -   No ganaron, pero tampoco fueron las últimas porque, nuevamente, hicieron trampa acortando muchísimo el recorrido. Y disfrutaron como niñas cuando, del brazo, entraron en la recta final y la gente las aplaudía mientras ellas tiraban besos a diestro y siniestro

La tarde la han pasado entre friegas de lilimento, agua con azúcar y ayes lastimosos. Las agujetas las tienen inmovilizadas. - No puedo entender el cariño que le tienes a esa cosa asquerosa que siempre llevas encima. A mi me da repelús - "No te preocupes de eso ahora que bastante tenemos con los dolores... ¿Y dices que con todos estos potingues se nos pasará?" - me dijo -  Espero que sí porque sino ¿a ver quién cocinará mañana? - Que egoísta es tu nieta... ¿A quién sale? - "A su abuelo... ¿No nos iría mejor con una copita de chinchón?" - me dijo -  No creo - "Pues yo creo que sí... anda, saca tres copitas y dale una gota a quien tú sabes" - me dijo mientras guiñaba un ojo - ¿A quién, a quién? - "Bebe y calla, Cotilla"

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