lunes, 12 de marzo de 2012

- Hola, abuela - "Tengo que pelar las patatas" - ¿Falta mucho para comer? - "Se me ha terminado el pintalabios" - ¿Estás bien? - "A Pascualita hay que buscarle un novio aunque luego se lo coma" - ¡¡¡Abuela!!! - "¿Qué pasa?... " - Eso digo yo, te pregunto una cosa y me sales por peteneras - " Ahora está de moda hacerse el sordo" - No sé qué me dices - "¡Ahí, ahí!. Ese es el espíritu de la sociedad actúal. Un diálogo de sordos o de besugos, como quieras." - ¿A qué viene eso? - "Pues que sale la gente a las calles, enfadados por  los Recortes, la Reforma Laboral y muchas cosas más ¡que no hay dinero, vaya!  a muchos ya no les queda ni cinturón para hacerle más agujeros ¿Y qué ha hecho el Ayuntamiento de Palma? Liarse la manta a la cabeza y vestir a los policías como si fuesen los Hombres de Harrelson. Guapos sí que están. Y glamurosos. Ya estoy deseando ver al Municipal de estreno, por cierto, me han dicho que vuelve a estar arrestado. - ¿Y cómo han pagado los trajes? - "¡Ah. Milagro!... porque de dónde no hay, no se puede sacar... o hay más de lo que se dice y no se cuenta ... o les ha tocado la Primitiva ¡Yo qué se!" - ¿No le habrás dado un tiento al chinchón, verdad? - "No. Aunque ganas no me faltan... Creo que iré a ver a Mateo para que me explique cómo lo ha hecho" - ¿Mateo? - "El Alcalde".

La Cotilla entró en tromba hasta la cocina e inmediatamente alargué la mano para que me diera la enésima copia de la llave de casa. O se toman las cosas con paciencia o la tiro por el balcón. - ¡Os ha llegado una carta de Blas! dice que está todo el día muerto de frío y echa de menos el chinchón... ¡Pero bueno, menudos modales tiene tú nieta! - Le arranqué la carta de las manos - ¡¿No sabe que el correo es sagrado, tía Cotilla?!.
- "Es una pena que Blas no sea más jóven..." - ¿Para juntarla con ésta? pobrecillo - "Para entrar de guardia municipal. El traje le sentaría como un guante porque tiene buena percha" - ¿Ya le habías echado el ojo para tí, eh?... Yo también he tenido algunos sueños eróticos a costa suya jejeje - ¡Puag! pobre hombre. Mejor se queda en Alaska y no se entera de eso - ¡Oye, que el soñar es libre y una aún está de buen ver! -   Abuela, ¿no tenemos un espejo arrinconado que no nos sirve para nada? Regálaselo. Eso sí, cuando se mire hágalo poco a poco porque puede llevarse un susto de muerte jajajaja... - "¿A qué es graciosa mi nieta cuando quiere?" - ¡Lo que és, me lo callo porque es muy fuerte! - No era el día de la Cotilla. Para empezar estaba junto a la bañera rosa y gritaba como una energúmena a mi abuela, apuntándola con el dedo índice y ahí fue dónde se agarró e hincó los dientes Pascualita después de saltar, cual tiburón blanco en busca de su presa y volver rápidamente al agua escondiéndose de su "travesura" entre los restos del barco hundido.

Media hora después de dejar de gritar y saltar de dolor, la Cotilla daba buena cuenta de unas copitas de chinchón y miraba biquiabierta su dedo - Tendría que pesar cien kilos, por lo menos, para tenerlos todos tan gruesos como éste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario