domingo, 4 de marzo de 2012

La Cotilla se ha buscado un trabajo en el que le pagan poco pero algo es algo porque, aunque la tía no me cae bien, hay que reconocer que le cuesta mucho llegar a fin de mes con la esmirriada paga de pensionista.

Una pareja de jubilados alemanes la ha contratado (sin contrato) para que cuide de su lorito cuando ellos no estén en  la isla. - ¡Mirad, mirad. Este es el pajarito que cuido! - "¡A ver ..., Ah,  pues es verdad que es un pajarito jajajajaja" - ¿Qué creías que era? - "No pensé que tuviera alas jajajaja. - Ahí estaban las dos amigas muertas de risa sacándole punta a todo. Un rato después la Cotilla explicó que el lorito estaba muy bien enseñado - Es educadísimo. Sabe abrir y cerrar la puerta de la jaula.  Sale o entra cuando se lo ordenan, además es muy límpio, hace todas sus deyecciones en el mismo rincón de la jaula - "¿Qué dices que hace?" - Deyecciones - "Caramba, esas cosas solo deben hacerlas los loros alemanes" - Bueno, no estoy muy segura pero creo que es hacer caca - "¡Caca!... Dios mío, como se complican la vida los ricos para decir las cosas más sencillas y hacer que parezca algo extraordinario jajajajaja... ¿Cómo dices que le llaman a eso?" - Jajajaja... ¡Dejecciones! jajaja... - "¡Brindemos por eso. ¡Chin chín!".

El loro, mientras tanto, iba a su bola. Salió de la jaula sin que nadie se lo mandara y se paseó por la mesa del comedor como Pedro por su casa. Se paró frente a Pepe, lo observó detenidamente antes de pegarle un picotazo de tanteo y dió un corto vuelo hasta la bañera rosa. Como una flecha, la abuela corrió a cerrar la ventana, abierta de par en par. La Cotilla, con el susto en el cuerpo, increpó al pájaro por salir de la jaula sin permiso pero el siguió curioseándolo todo - "¿Cómo se llama?" - Otto - "Pues llámale, quizás te hará caso" - Entonces la abuela recordó que Pascualita estaba en el fondo del "acuario" y que, seguramente, corría un serio peligro viendo el pico robusto del loro. Apremió a la Cotilla para que lo encerrara - ¡Que más quisisera yo! no me escucha... o  no me entiende... Sus dueños le hablan en alemán y yo no sé -

El pájaro estaba muy atento a lo que ocurría dentro del agua. Al verlo tan quieto las dos mujeres decidieron agarrarlo pero el ave fue más rápido y voló hasta la lámpara y desde allí lanzó una "deyección" sobre el pobre Pepe - "¿No decías que era tan bien educado?.. ¡Guarro!" - El pájaro tenía querencia a la bañera y volvía una y otra vez a ella mientra se zafaba de las dos mujeres que, desesperadas, se ayudaban de un trapo y una escoba. Los gritos de ambas debieron llegar hasta Pascualita porque, una de las veces que el loro se posó en la bañaera ella salió disparada hacia arriba, con las fauces abiertas, igualita que el gran tiburón blanco de los reportajes de la 2. Agarró al pájaro por un ala y cayeron al agua. Allí se formó un jaleo en el que se veía una bola de plumas verdes que subía y bajaba. La abuela tiró de él y el pobre bicho salió aterrorizado y chorreando agua, para ir a meterse en su jaula y cerrar la puerta tra él. Estaba dolorido e hinflado y se había salvado de una buena.  La Cotilla se asomó a la bañera, no entendía qué había pasado y siguió sin entenderlo porque Pascualita, muy cuca, se había escondido en los restos del buque hundido. La abuela suspiró, aliviada.



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