jueves, 1 de marzo de 2012

La pilila incorrupta

La abuela tiene pesadillas desde que un dragón se paseó por su cara y no es para menos. Ahora no hay quién la haga sentar junto a una pared.

He pensado que podríamos salir a dar una vuelta por la Ciudad. En el Paseo Sagrera encontramos un grupo jaranero de estudiantes y policías. Están juntos pero no revueltos y todos bajo el balcón del Consulat. A modo de serenata diurna, corean eslóganes pegadizos al President que, ni se asoma ni invita a buñuelos y vino dulce. Quizás no está o preferiría que le cantaran Clavelitos que es lo clásico.

La abuela va mohína. Se sobresalta cuando una hoja se mueve a su lado, en seguida se imagina que es el Drac de na Coca. Al salir de casa ha insistido en que viniera con nosotras Pascualita. La pobre está convaleciente aún y tomar el aire cree que no le irá mal pero, esta vez, va en el termo aunque le ha quitado el tapón para que pueda ver mejor el ambiente de fiesta. No me ha parecido bien porque va muy expuesta a que puedan verla pero he preferido callar.

- ¿Qué es eso que llevas ahí, abuela? - le ha preguntado un estudiante curioso. - "La pilila de mi difunto marido" - ¡Ostras! Mirad lo que dice ésta - Poco a poco, la atención se va desviando del balcón del Consolat al termo de Pascualita y nos vemos rodeadas de pancartas y banderas. La policía, asombrada, se acerca a ver qué pasa - ¿La molestan, señora? - Pero nadie nos molesta, al menos de momento. - ¿Se puede tocar? - ¡Aaaggg, que asco! ¿Cómo vas a tocar eso? - ¿Y por qué la lleva ahí? - "Fue lo único que permanecía incorrupto cuando tuvimos que vaciar el nicho" - Un jovencito rió divertido - ¡Es Santa Pilila incorrupta! jajajaja... - - Mientras todos coreaban sus risas, la abuela incluída, a mi me entraban sudores fríos. Teníamos que irnos de allí cuanto antes.

Ibamos andando hacia Antonio Maura y poco a poco el tumulto se quedó atrás, cosa que me tranquilizó bastante. La música y las frases repetidas a gritos fueron perdiéndose a medida que nosotras nos acercábamos al Born. - ¿Te das cuenta de la que has estdao a punto de armar con tus bromas, abuela? Pobre sirena si la cogen por banda alguno de esos chicos... si es que, a veces,  parece que no te importa lo que le pase... Por cierto ¿dónde ésta? - El termo estaba vacío.

Volvimos a toda prisa sobre nuestros pasos. El gupo de estudiantes cantaban y bailaban al rededor de uno de ellos que sostenía en alto a ...¡¡¡Pascualita!!! - ¿Pero no protestábais por los recortes? - Eso ya lo hemos hecho, ahora nos toca adorar a la Pilila Incorrupta jajajajajaja... - La abuela se internó como pudo hasta el centro del tumulto - "Esto es mío" - Tiene razón. Tenga... ¡Un hurra por la abuela! - La abuela estaba en su salsa y la sirena a punto de entrar en coma.

Al llegar a casa la metimos en la bañera rosa. Poco después llegó Blas, el Parado. Traía los ojos llorosos. - Me han ofrecido trabajo... en Alaska - ¿Eso que és, una cafetería? - Alaska es Alaska. Un sitio con mucha nieve y mucho frío que está más allá del 5º pino - ¿Y lloras de alegría? - No. Lloro porque solo tengo derecho al pataleo y eso, sin hacer mucho ruído. ¡Dichosa Reforma Laboral!... Vamos a estar mucho meses sin vernos, abuela. (¡a mí que me chinchen!)

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