viernes, 16 de marzo de 2012

- "¡Ooooohhhhh... que pena!" - ¿Qué pasa? - "Pues que, justo ahora que el pobre Blas se ha tenido que ir a Alaska a trabajar, sale una oferta que quizás le interesaría... Le escribiré y le diré que se venga para acá" - No creo que pueda, recuerda que tiene un contrato - "Ya. Pero es que donde está no puede subir de categoría, en cambio en éste sí ¡y mucho!" - Pues sí que es una pena que no esté aquí ... ¿y es una cosa segura? - "Segurísima aunque tiene el inconveniente de que hay que estudiar un poco" - ¿Y crees que a Blas le gusta? - "No lo sé pero quién algo quiere, algo le cuesta" - Bueno, cuéntaselo y que opine él.

Justo cuando poníamos la comida en la mesa entró como una tromba, la Cotilla. Sin decir ni mú, dejó la llave a mi lado, cogió una silla y se sentó con nosotras - ¡Que bien huele! ¿Qué es? - "Potage de garbanzos con bacalao" - Pónme un buen plato que traigo mucha hambre - Nunca he visto mayor caradura y todo porque la abuela la tiene muy malcriada, se lo consiente todo con la excusa de que le da pena pero no se preocupa por la úlcera de mi estómago que crece cada vez que la vecina se sale con la suya y tengo que tenerla delante mientras comemos. Y encima es más rápida que yo, por eso se ha comido el único plátano que quedaba en el frutero - ¡Oiga, que es para mí! - No seas egoísta con una pobre vieja ...  puedes comerte una naranja - ¡A mí me gusta el plátano, leñe!

Al entrar en el comedor con la cafetera por poco me la tiro encima cuando he visto a la abuela con Pascualita en las manos y acariciándole el lomo. Otro tanto hacía la Cotilla con Pepe (solo que a éste le acariciaba la cabeza, claro) Al verme la cara, la abuela se ha apresurado a explicarse - "Es un nuevo método de relajación el tener una mascota entre las manos, o algo a lo que le tengas cariño y acariciarlo lentamente mientras hablas de lo que quieras. Es mano de santo" - Un día la estrangularé - "Siento que no puedas probarlo porque ya no hay más mascotas" - ¡Hasta eso me quita la Cotilla! - ¿Y a usted no le da asco acariciar la cabeza de un muerto? - Más asco me da el bicho que tiene tu abuela. Nunca he visto nada tan feo - Será porque no se mira al espejo - "¡Tengamos la fiesta en paz!... Hablábamos de Blas y la nueva oferta de trabajo" - ¡Ay, sí. Estaría guapísimo con alzacuello porque, a pesar de sus años, está de buen ver - ¿El trabajo es de cura? - "¿No te habías enterado? ¡Es que nunca me escuchas! ¿No te he dicho que pueden subir de categoría? ¡Podría llegar a Papa!... Imagínate a Pascualita nadando en aquellas hermosas y antiguas pilas de agua bendita del Vaticano..." - ¿Quién es Pascualita? - "¿Eh?... ejem... No la conoces. Déjalo" - ¿Queréis que Blas se haga cura? - "Es un trabajo seguro" - Con una paga que no está mal - "Con posibilidad de ascensos... lo que no sé es si los trajes de obispo, cardenal y Papa se los paga cada uno o los paga la empresa" - ¿Y la vocación? porque si no la tiene, no hay cura que valga - ¿Vocación?... eso no viene en el anuncio ...¿no? - "Juraría que no" - Sabes ¿qué, abuela? mejor que  no le digas nada a Blas, que tal vez ya se esté aclimantando a Alaska y le pones en un compromiso - "Sí, puede ... ¡Pues ya me había hecho a la idea de tener un amigo Papa! - Anda, toma una copita de chinchón y brindemos por las ilusiones rotas jajajaja...

No hay comentarios:

Publicar un comentario