viernes, 23 de marzo de 2012

- ¿Qué hay para comer, abuela? - "Verduras al vapor" - ¿Con qué? - "Con vapor" - ¿No hay nada más? - "Hay que guardar la línea del cuerpo y la de la cartera... que esté gordita, vamos. Es que me voy a Londres y necesito dinero para gastarlo allí jijijiji..." - ¿Y yo que culpa tengo? Necesito comer algo más que unas tristes verduras - "Te quejas de vicio. Nunca estás contenta porque no sabes sacarle el jugo a la vida. No te plantées la cosa como un simple y soso plato de verduras sino como una artística exposición en el que estallan  los colores de la Naturaleza... ¿A qué ya te va pareciendo otra cosa?" - ¡Me tomas por tonta y encima me matas de hambre! - "Eres igual que tu abuelo, no tienes ni pizca de imaginación"

La Cotilla tardó tres segundos en llamar a la puerta. Sin saludarme, pasó directamente al comedor donde la abuela, que estaba poniendo la mesa, acababa de guardarse en el escote a Pascualita. Un escalofrío le recorrió el cuerpo justo cuando la vecina entraba - ¿No me digas que te has enfriado justamamente ahora que te vas a Londres? - ¡Ya lo sabe! - dije mientras la miraba atónita.- Bueno ¿qué? Por fin Andresito ha dado su brazo a torcer... ¿Y qué has tenido que hacer para eso? - ¡Abuela, no digas nada! ¿Por quién te ha tomado esta tía? - "Bueno, tampoco hay que dramatizar... ya dicen que quién algo quiere, algo le cuesta..." - ¡¡¡Abuela!!! - "No, no mal pienses. El derecho a roce lo dejamos para cuando estemos en Londres. No sabes lo pesado que es tener a Torquemada en casa" - ¿No lo dirás por mí? - Hubiéses tenido empleo asegurado en la Censura de Franco - ¿Qué es lo que le has dado a cambio? ¿se puede decir? - "Naturalmente y a tí sobre todo" - ¿Ah, sí? - "Sí, porque le he prometido que saldrás, todos los días que estemos fuera, con su hijo" - Debes estar de bromas porque, ya me dirás que pinto yo en tu viaje. - Pues pintas el que vayamos o no y como quiero ir te toca sacrificarte por la familia, que soy yo. Anda, siéntaté que vamos a comer "colores de la Naturaleza"... ¿Te quedas, Cotilla?" - Creo que me pararé en casa de los del 5º. Olía mejor - ¡Traidora!

Medio adormilada por el sopor de la siesta fui despertada bruscamente por el timbre de la puerta - ¡Será posible que ésta mujer sea tan pesada e inoportuna... Ya voy! - Pero no me encontré con la Cotilla sino con una guardia municipal, muy mona ella, que traía en mano un sobre oficial para la abuela. Se estaba arreglando para ir al Funeral y se había restaurado la cara pintándosela como una puerta. La guardia puso los ojos en blanco como diciendo : ¡Dios mío, lo que hay que ver!.

Al leer el contenido del sobre por poco nos da un patatús. El Municipal había denunciado a la abuela por ¡acoso sexual! y decía que había sido amenazado con ser violado - ¿Pero que dice éste hombre? ¡Está como una cabra! ¡Aquí hay un error como un castillo! - La abuela, cogiéndome del brazo, me hizo callar - "Basta ya... al fin y al cabo lleva razón jejejejeje ... si lo llego a pillar en un rincón a oscuras jejejejejeje lo hago padre..." - ¡¡¡Abuela!!! - "¿Pero es que no lo viste con el uniforme?... Los uniformes son mi perdición - me miró y movió la cabeza lentamente - "¿Lo entiendes?" - No. Un uniforme solo es eso... - "Que sosa eres, hija. Clavadita a tú abuelo... ¡Que cruz, señor!"


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