lunes, 26 de marzo de 2012

Ya han llegado las moscas. Las he visto con mi ojo bueno ¡Que insectos más pesados!... Estoy pensando que quizás a Pascualita no le importe cambiar de menú: el dulce por las moscas. A los peces les gustan; creo que les gusta todo. A partir de ahora me voy a dedicar a cazarlas y dárselas a la sirena como si fueran un aperitivo. Si la cosa sale bien me ahorraré los euros de los matabichos.

Menuda tarde pasé, sola, dolorida y furiosa. Me dio tiempo a pensar en muchas cosas, esa de las moscas fue una de las brillantes ideas que se me ocurrieron, pero fue después de que arrinconara los sentimientos asesinos que rondaron por mi cabeza durante bastante tiempo. Desde que la sirena vive con nosotras la he salvado multitud de veces de ser descubierta o de morir asfixiada, aplastada, golpeada, y no sé de cuantas cosas más que terminan en ADA. ¿Para qué? me pregunto y al fin y al cabo, su cerebro no sabe lo que es la gratitud, de lo contrario no me vería ahora con el ojo hinchado.

- "¡Un éxito. Ha sido un éxito!... No puedes imaginarte el gentío que había en la manifestación!. Me ha recordado aquella otra en que salimos gritando NO a la guerra. Espero que nos hagan más caso que entonces, se hubiesen salvado muchísimas vidas pero, con tal de salir en la foto, hay personas que son capáces de todo¡Ha sido emocionante. Precioso!... es una lástima que no hayas querido venir..." - ¡Cómo que no he querido...! ¡no me saques de mis casillas que si me exalto el ojo me duele más! - "Cualquier cosa te sirve de excusa... Para rematar el día, el Baleares le ha ganado al Mallorca... Bueno, voy a cambiarme y me iré un rato al Funeral, hay muchas cosas que celebrar" - ¿Y yo qué? - "¿Qué de qué?" - ¿Tengo que quedarme sola otra vez? ¿quién me hará la cena? - "Prueba de hacértela tú, querida" - ¡Si no veo bien! - "Eres la reina de las excusas. ¿Te queda un ojo bueno, no? qué más quieres... y si te sientes sola llama a la Cotilla aunque no se si estará en su casa... jijiji, la he visto en la manifestación acompañada de un payés de muy bien ver ¡y parece tonta!" - Pobre hombre - "No te digo que no pero, hasta que descubra como es nuestra vecina, a ella se lo pasará bomba, cosa que no puedes decir tú" - ¡No empecemos! - "No, si no digo nada, solo que... tu arroz está punto de caducar y yo sin biznietos a los que sacar de paseo" - ¿No te ibas al Funeral? - Un rato después se oyó el taconeo de sus botas y el olor de su perfume la precedió - "¿Estoy guapa? No se para qué lo pregunto. Sé que lo estoy... Te quedas con Pascualita"

 Me acerqué al "acuario". La sirena nadaba lentamente. En ese momento escuché un zumbido. Una mosca estaba en el cristal de la ventana. Mi instinto depredador se activó. Me acerqué lentamente. La mosca era joven, no tendría experiencia en esquivar manos pero me equivoqué, era lista y no se dejó atrapar. Volví a intentarlo una y otra vez pero la puñetera salía volando en el último segundo ¿se estába riendo de mí?. Mis nervios se me desataron. Ya no quería cazar a la mosca, la quería pulverizar y estrellé el puño contra el cristal.


Pascualita, sentada sobre el "acuario", no me quitaba ojo. Cuando el cristal se rompió, llenándome la mano de cortes, la puñetera sirena hizo el signo de OK., luego, rápida como el viento, saltó hacia la mosca que revoloteaba sobre ella y se la comió. Entró limpiamente en el agua, relamiéndose. Me serví una generosa copa de chinchón mientras curaba mis heridas y pensaba que no había en el mundo nadie más desgraciado que yo. Sin darme cuenta mojé un dedo en el licor y dejé que Pascualita lo lamiera... ¡ni más tonta!.




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