martes, 10 de abril de 2012

¿Y ayer?... Los personajes y yo nos tomamos el día libre. Un beso.

En cuanto tiene un momento, la abuela se mete de lleno en la redacción de la carta para la Cotilla - ¿Estás escribiendo el Quijote? - "No, pero es igual de difícil" - Solo tienes que decirle que Blas no puede casarse porque ya lo está. Mira si es fácil - " Estas cosas no se deben decir a las bravas porque pueden traumatizarla de por vida..." - Total, le quedan tres telediarios - "¿Pero tú a quién has salido?" 

Así estamos todo el día. Y yo con las gafas de sol puestas en casa por si la sirena se mosquea cuando levantamos la voz. Ahora, además, tengo que guardar mis revistas bajo llave porque la abuela me las requisa - ¿Para qué las quieres? Léelas y luego me las devuelves pero no las escondas.  - "Son cosas mías" - En vista de que no ha tenido éxito conmigo, le ha pedido las suyas a la Cotilla - Creo que tengo dos en casa... Si quieres más, te traeré. Las cojo de la basura de la peluquería. -

Ha venido a comer Blas y la Cotilla, que parece que lo huele, no ha tardado en sumarse a nuesta mesa. Se la veía molesta y hasta que no ha soltado lo que la corroía, no ha parado. Nos ha ayudado a recoger la mesa, cosa rara desde que es la "novia" del parado porque no lo deja ni a sol ni a sombra - ¿No os bastan vuestros pretendientes que queréis quitarme al mío? - Nuestros ojos se abrieron asombrados - ¡Es mi novio y no sé a santo de qué viene invitarlo a comer sin decirme nada a mí! ¡Lagartas, que sois unas lagartas! - "Pero si se invita solo... como tú" - Lo mío es distinto... pero no quiero que Blas se quede a solas en ésta casa! - Nos lo podríamos comer con patatas (dije entre risas) o cortarle la cabeza y hacernos con ella un llavero al estilo de Pepe huhuhuhuu... somos las matanovios jajajajajaja - ¡Un día te vas a quedar sin la tonta de  tu nieta! - Por el rabillo del ojo vi a Pascualita salir de entre las plantas del fondo de la pecera. (no nos había dado tiempo de guardarla en mi cuarto) e, inmediatamente, me puse las gafas de sol - ¿Ves lo que te digo? ¡Es tonta de remate!

Blas a penas había probado bocado - Tienes que decírselo, no puedes seguir así (le dije) - No encuentro el momento. Me atosiga. No para de pedirme que suba a su piso para tener "un encuentro sexual y salvaje" porque eso es lo que hacen todos los novios de hoy en día y más si van a casarse pronto porque así, si hay embarazo (¡Te juro que me lo ha dicho así!) el crío nace dentro del matrimonio. Ni como ni duermo... esto es un martirio - Se un hombre y agarra el toro por los cuernos... o le dices la verdad o... te la llevas al catre jajajaja ... Toma una copita de chinchón y  te dará el valor para decírselo - Me reuní con la abuela y la vecina en la cocina. Ellas seguían con su discusión. Pascualita, decidida a defender a su amiga, le tiró un chorrito de agua venenosa a la Cotilla en el momento en que ella se daba la vuelta y lo único que consiguió fue mojarle la oreja. Creyó que había sido yo porque estaba detrás de ella - ¿Ahora te dedicas a tirarme agua? Pues te advierto que no estoy para bromas ¡estúpida! - La sirena, ajena a estas palabras, siguió tirando chorritos hasta que le puso la espalda como una sopa - ¡Dile a tu nieta que deje de hacer el ganso o le arreo un bofetón de los que hacen historia! - Por más señas que yo le hacía a Pascualita, no se daba por enterada y seguía atacando. Cogiéndo a la Cotilla del brazo, la abuela se la llevó al comedor - "Vamos a tomar café" - Allí se encontraron a Blas, mareado perdido, porque queriendo infundirse valor, lo que realmente se infundió fue media botella de chinchón y sin saber lo que decía, cantó - ¡Blanca... ¡hip!... y radian... te va ... ¡hip!... la noviaaaaaaaa... ¡hip!... - Hizo babear a la Cotilla y consiguió complicar aún más las cosas.




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