sábado, 21 de julio de 2012

La abuela ha llegado a casa con cara de circunstancias, seguida del Municipal que le ayudaba con el carrito de la compra. - La he encontrado en la calle cansada y sudorosa y he preferido descargarla de peso, además... jejejeje... tiene que enseñarme como hacéis para refrescar el comedor - A mí también me gustará verlo.

Vació un saquito de hielo, de los dos que traía, en el "acuario" rosa, luego con un abanico abanicó el aire para que nos llegara el fresquito - "Esto es mejor hacerlo con un ventilador pero no tenemos..." - Pero si me había dicho que sí - "Sí, sí que tenemos pero no en casa... Lo tiene la Cotilla porque pasa mucho calor por las noche" - Como por arte de magia nuestra sin par vecina apareció ante nosotros - ¿Qué pasa conmigo? - "Qué a ver cuándo nos devuelves el ventilador, aprovechada" - ¿Qué ventilador?... Esta mujer está cada vez peor... ¡Ay, Dios mío, que pena! Ojalá que lo último que se le olvide en esta vida sea hacer de comer. - ¡Egoísta! (exclamé llena de rabia) - ¿Yo? Pero si tú piensas lo mismo, hipócrita.

La abuela estaba en un aprieto y debía cambiar el curso de la conversación antes de que se liara más la madeja - "Ahora mismo voy a picar un poco de hielo y nos tomaremos un chinchón on the rock con una hojita de hierbabuena" - Me apunto... ¿pero qué era eso del ventilador?

Después hablamos tranquilamente sobre recortes, evaporadas pagas navideñas; promesas incumplidas (aquí la abuela protestó airadamente) - "¡Nunca nos ha mentido ésta gente!" - Tu abuela está cada vez más p`allá - "¡Solo antes de las elecciones porque sino, no les votan ni los suyos! Ahora están aplicando su programa: Recortes, recortes y más recortes. La gente compra camisetas con lemas, lacitos a favor de esto o aquello; grita, se manifiesta multitudinariamente, organiza marchas larguísimas, etc. Llegará un momento en que estaremos todos muy agotados y entonces nos comprarán el País. Dejaremos de ser dueños de nosotros mismos y tendremos que pagar hasta por respirar" - Este on the rocks se sube a la cabeza (dije para quitar hierro al asunto. El Municipal empezaba a tener mala cara y miraba tembloroso el movimiento incesante del termo. - ¿Qué lleva ahí? - "¿Aquí?...  Vaya. Ya ha entrado otro fantasma - Me marcho. Mis nervios no resisten emociones fuertes.

 Mientras laCotilla, cual perfecta anfitriona, le acompañaba a la puerta de la calle, pregunté a la abuela qué había pasado - "Como hace calor me he parado a meterle un cubito en el termo a Pascualita. No cabía y al partirlo con los dientes  me he hecho daño. El Municipal, que lo ha visto, ha pensado que me encontraba mal y ha montado todo el jaleo - ¿Quieres decir que el cubito aún está en el termo? ¡Pascualita se está congelando! - Rápidamente la saqué de alli, aunque tuve que ponerme el guante de acero porque, con el temblor que tenía, su dentadura se abría y cerraba peligrosamente.


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