miércoles, 11 de julio de 2012

- "Menos mal que esto ya se acaba" - Sí, tantos madrugones pa ná - "El año que viene nos vamos las dos a Pamplona y corremos los Sanfermines. Así tendrán más alicientes" - Vale, pero tu pagas el viaje porque ya sabes que yo estoy a dos velas... - "No sé para qué hablo"

Estaban las dos amigas a punto de despedirse cuando llamaron a la puerta. Era el señor Li - Hola.Yo estal agladecido por invitalme a bonita celemonia funelalia el otlo día .Yo tlael legalo pala Abuela. Desayuno de chocolate con ensaimadas... ¿Contenta? - "¡Ya lo creo! Pase y lo compartiremos" - ¡Eso, eso (gritó la Cotilla) lo compartiremos los tres! - Al señor Li no le hizo ni pizca de gracia porque frunció el entrecejo - ¿Esta señola sel su calabina? - "¿Carabina? jajajajajaja ¡No, es caradura!

A la hora de comer nos extasiamos viendo a los mineros caminar por las calles de Madrid reivindicando el poder tener una trabajo y una vida digna - "¡Todos somos mineros!" - gritó la abuela contagiada por el pundonor de esa gente. La Cotilla no perdió el tiempo y dio buena cuenta de los libritos de lomo - Cuando caímos del guindo dije - ¿No había dos para cada una?

- "Mira que se puso guapo para ir a Madrid que hasta se olía la colonia a través del Diario y así y todo, le dio calabazas el ministro Cara de Ratón. Mucho jiji jaja, mucho foto, mucho que guapo estás pero, a la hora de la verdad, le hizo pasar por el tubo como a todos" - ¿De quién hablas? - "De Boquita de Piñón. Y encima va y nos suelta un cuento chino. Los hoteleros están que trinan y esos no son unos cualquiera. Acordaros  de lo mal que se lo hicieron pasar al de Algaida cuando se le ocurrió poner la ecotasa. Son los Amos del cotarro. Estos dicen: primero yo, después yo y el que venga atrás, que arree" - Voy a proponer una cosa (dije yo que estaba más quemada que un misto) A la hora de comer no vamos a encender la tele porque, tengo la impresión, de que comemos menos (aquí le lancé una mirada asesina a la Cotilla que se quedó tan pancha)

Por la tarde, amodorrada viendo el Tour mientras la abuela intentaba que Pascualita se aficionara a las carreras ciclistas, soñé que me comía dos libritos de lomo. Me había quedado con hambre por culpa de la vecina. Desperté enfadada -¡Que se quede a comer en su casa! - Pascualita dejó de mirar a la pantalla y fijó en mí sus ojos saltones - "¿Estabas soñando con la vecina? ¡Menuda pesadilla! jajajaja" - ¡La culpa es tuya! ¡Tu tienes la culpa de que se tome tantas confianzas! - Pascualita no se lo pensó dos veces. Saltó del regazo de la abuela a la pecera a la velocidad del rayo para salir rápidamente a la superficie y lanzarme un chorrito de agua envenenada al ojo - ¡¡¡Aaaaaaayyyyyyyyy. Maldito bicho!!! - La abuela estaba emocionada - "Nadie me ha defendido nunca como tú, bonita. Toma un poquito de chinchón que te lo has ganado" - La sirena lamió el licor que había en el dedo ¡Y a mí que me zurzan!  

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