sábado, 18 de agosto de 2012

- (Ayer me puse tan contenta que se me olvidó todo. ¡Ha llegado la primera Pascualita para el concurso! ¡Que ilusión! Puedo aseguraros que es "monísima" jajajajaja... ¿Y vosotros, a qué esperáis? Dejad de lado, por un ratito, a Rajoy y sus mariachis y concentraros en sacar a "vuestra" sirena de la imaginación... Todo esto lo digo bajito porque no quiero que se entere la abuela. Ya sabéis, es nuestro secreto)

El otro día, cuando la abuela  se enteró de que Rajoy se iba de vacaciones, le faltó tiempo para arreglarse con esmero, meter a Pascualita en el termo, coger el abanico y el bolso y salir escopeteada hacia la calle. Desde el balcón la vi caminar hacia la esquina, toda de negro, la minifalda mecida por la cadencia de su caminar, subida a los altos tacones que yo soy incapaz de llevar, mientras el termo iba de acá para allá sobre su pechera. Menos mal que la sirena es un bicho de mar porque sino saldría a mareo por paseo.

A la hora de la comida, al ir a sentarme a la mesa, la abuela y la Cotilla tenían una conversación - ¿Y se lo has puesto? - "¡Claro! y bien gordo" - Suerte tú que tienes dinero, en cambio yo... - "No empieces a llorar, pesada" - Creo que tengo un cabo en casa. Lo pondré ahí y algo hará - "Pues, claro. Aquí no importa el tamaño sino la voluntad jejejejeje" - No quiero ir allí porque siento una gran tentación y no me gustaría que me pillaran metiendo mano... - ¿A que pobre mortal quiere meterle mano? - ¡Ya ha llegado la tonta de tu nieta y ha hecho trizas nuestra conversación... ¡Nadie te ha dicho que eres una metepatas! - ¡Oiga, que está en mi casa! - ¡Como si estoy en la Moncloa! Yo digo las verdades del barquero esté donde esté.

Han tenido que pasar varios días para que me pusieran al cabo de la calle - "Hablábamos de velas" - ¿Ahora os interesan las regatas? - "De la vela que fui a ponerle al Cristo de la Sangre para que dejara, eternamente, de vacaciones a Rajoy.  La Cotilla colaboró encendiendo en su casa un cabo de vela que guardaba por si había un apagón. La pobre no puede ir a las iglesias porque tiene querencia a vaciar los cepillos" - Y no creas que están boyantes. Alguno no da ni para un café - Pues algo ha fallado, porque ha vuelto al trabajo o eso creo porque con este hombre nunca se sabe si sube o si baja- ¡Que me dices! ¿Y ahora que haré yo si se va la luz? - dijo llorosa - Una exclamación nos salió del alma a la abuela y a mí  - ¡¡¡Venir a esta casa!!!















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