viernes, 3 de agosto de 2012

Con las gafas puesta, la abuela le leía a Pascualita un libro muy gordo que apoyaba en la mesa de la cocina. Como siempre, la atención de la sirena era total. Ni parpadeaba. - ¿Con qué estás martirizando hoy al pobre bicho? - "Con amenas historias sobre el nacimiento de nuestra civilización" - ¡Jopé. Pobrecilla! - "¡Descreída!. Eres de los que creen que, antes de su nacimiento, no había pasado nada". - Pues sí. A mi me importa el presente, que bien chungo se presenta. - "Nunca he entendido por qué no sientes curiosidad por las civilizaciones antiguas"

- Buenos días nos de Dioooos - "Hola, Cotilla. Veo que vas entrado en razón, ahora solo falta que aprendas a llamar a la puerta" - Eso será más difícil porque nunca me ha gustado molestar y si llamo tendréis que levantaros y venir a abrir - Huy, no se preocupe que no será molestia - ¿Y si no me abrís? - Es un riesgo que deberá correr - Prefiero mi método: entro y si no estáis, me voy pero por lo menos se que no os escondéis jejejejeje - ¡Que pajarraca! - Tu nieta cree que me chupo el dedo... ¿Qué haces con ese libraco? - "Repaso la Historia de Egipto" - ¿Es una promesa?... ¿A ver?... ¡Huy! ¿Esto es una momia? ¡Que cosa más fea!... - "Con lo tranquila que estaba yo hasta hace un momento..." - Aproveché la ocasión para coger a la sirena y meterla en mi bolsillo - ¿Qué es lo que siempre esconde tu nieta cuando yo llego? - "Jajajaja, ¡que imaginación tienes!" - Sí, claro... ¡Anda. Mira esto! Jajajajajaja... ¡Ya sabía que eras mucho más mayor que yo! jajajajaja... ¿No me lo negarás? ¡Mira esta momia! ¡Es clavadita a tu madre!

Se origino una discusión que no tenía visos de acabar y que se redujo a ¡No. A tu abuela! ¡¡A tú madre!. Pascualita se removía nerviosa en mi bolsillo oyendo los gritos furiosos de su amiga y yo me cuidé mucho de meter la mano allí dentro. La Cotilla se lo estaba pasando en grande haciendo rabiar a la mujer que tanto envidiaba. Solo había un método para que aquel jaleo acabara - Abuela ¿no piensas cocinar hoy? - "¿Qué hora es?... ¡Se me ha ido el santo al cielo por culpa de la tonta esta y ayer invité a Blas a comer!" - ¿Y no me has dicho nada? ¿pensabais quedaros a solas con él? - ¿A solas? Que más quisiéramos ¡Pero si siempre la tenemos a usted de pasmarote!

Después de comer saboreamos unos helados mientras veíamos los Juegos Olímpicos y tratábamos de mantener los ojos abiertos. - "Mira que me gustan las pruebas de atletismo pero me estoy durmiendo... ¿no creéis que con una copita de chinchón nos despejaríamos?" - ¡¡¡Por supuestísimo!!! ... Me despertó el reloj de pared tocando las siete.


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