lunes, 10 de septiembre de 2012

Andresito sigue hospitalizado y la abuela está que no vive. Cuando no está con él, le llama por telefóno y le insulta. Me quedé de piedra la primera vez que la oí. - ¿Le has llamado para eso? - "Me ha estado engañando y por poco se muere en mis brazos. ¿Te imaginas el panorama? Hasta Belen Esteban hubiera ganado dinero a nuestra costa, despellejándonos. Creo que pasará mucho tiempo hasta que pueda perdonar a don Viagra" - Pero, abuela ¿no me digas que no te habías dado cuenta? - "Pues no. Creía que era mi cuerpo serrano lo que lo ponía a mil y ahora resulta que eran productos químicos en forma de pastillita azul. ¡Valiente Juanlanas!"

Me he dado cuenta de que la Cotilla, a la chita callando, va llenando la habitación pequeña y se me llevan los demonios - ¡Abuela! como no le pares los pies, ésta se instala en casa para los restos ¡y gratis! - "Es una amiga en apuros y no puedo hacerle el feo de dejarla en la calle" - Pues ella lo haría... ¿Has pensado que tendremos que sacar a Pascualita de casa? - "!¿Cómo?!" - En cuanto la vea la relacionará con los ataques que ha sufrido y o bien la tirará al water, llamará a la policía o, lo que es peor, a las televisiones en cuanto se de cuenta de que se puede sacar unos buenos dineros enseñando una sirena (por fea que sea) al mundo.

A la hora de comer la Cotilla entró en casa con unos bultos que metió en lo que llama "su habitación". Me planté ante ella y solo se le ocurrió decirme - Dejo esto aquí para no tener que subirlo ahora a casa, no quiero que la comida se os enfríe por mi culpa.- A veces siento la tentación de estrangularla.

A punto de terminar de comer la abuela ha dado un respingo en su silla. - ¿Qué te pasa? - "Alguien me ha tocado" - Nosotras no hemos sido (dijo la Cotilla) - Poco después la abuela miró a su espalda y ahogó un grito. A mí se me pusieron los pelos de la nuca de punta - "¿La has visto?... Está junto a la puerta de mi cuarto... ay, Dios mío... creo que viene a buscarme..." - Yo estaba temblando, la Cotilla, en cambio, ni se inmutó, tenía cosas más importantes que hacer, como rebañar el helado de su vaso. - ¿Tomaremos chinchón" - "No... no me busca a mí... entonces... " - ¿Pero qué pasa? ¿A quién dice que ve? - "¡Oh, Cotilla, lo siento... (la abuela se echó a llorar con desconsuelo) No pensé que nos separaríamos tan pronto... Ay, ay" - Si no me voy a ningún... sitio... ¿Quién es? - "La de la guadaña... y te mira solo a ti... Adiós, amiga" - Ya lo creo que me voy ¡pero a mi casa! - De un saltó se plantó ante la puerta de la calle y gritó: - Sacad mis cosas al pasillo que yo no vuelvo a pisar esta casa - El portazo hizo temblar la pared.

- "Tranquilízate, mujer, que no hay nadie o yo no lo veo" - Pero, pero... has dicho que... - "Tonterías. ¿O prefieres que nos quedemos sin Pascualita?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario