sábado, 8 de septiembre de 2012

La abuela me ha dejado por imposible. Ha cogido una bolsa con sus cosas y ha salido dando un portazo pero antes me ha dicho que no me aguanta más y que no está dispuesta a gastarse sus ahorros en aspirinas. Es muy exagerada... Reconozco que le he dado un poco la murga con el tema de la Cotilla... empecé ayer, esta noche la he despertado unas cuantas veces para dejarle las cosas claras porque no la quiero en casa; el desayuno se lo ha tomado en el bar de abajo en contra de su costumbre de hacerlo con Pascualita y Pepe. En cuanto ha vuelto he seguido con mi retahíla hasta que se ha ido. ¡Que poca paciencia tiene! Ha hablado con Andresito y le ha propuesto tener sesiones continuas de sexo, drogas y rock and roll. Supongo que con lo de las drogas se refería a la Viagra.

¿Y ahora qué hago yo? Por que creo que no haya dejado comida hecha... ¡Maldita Cotilla! - ¡Avemaríapurísimaaaaaaaaaaaa! - ¡Ya se está dando la vuelta y se marcha por donde ha venido! - Vale, simpática, pero antes dejaré esta bolsa en mi cuarto. - ¿Su cuarto? Está más arriba. Los que hay aquí son míos - Jajajajajaja Pareces ET "mi caaaasaaa, mi teléééfonooo..., cuando quieres, eres graciosa - No me dore la píldora porque no me va a convencer. - ¡Ay, Señor! ¿Por qué no me llevas contigo? ¡No puedo verme en la calle a mis años! - Otras que no se lo merecen, están. - ¡Y todo por el desgraciado Tonto del c... ese!... Bueno, me voy porque, si no está tu abuela, no creo que haya comida y con la poca gracia que tu tienes, prefiero la de la Cruz Roja... Dejo la bolsa en el cuarto...¡Adiós!

Cuando la quise alcanzar ya estaba poniendo un pie en la calle ¡es una vieja correcaminos! Me senté junto al "acuario" rosa y puse a Pascualita al corriente de lo que se nos venía encima si no le poníamos remedio. Lo hice sin mucho convencimiento pero como la abuela dice que la sirena entiende todo lo que le dicen, me desahogué con ella.

Ha venido el señor Li preguntando por la abuela. Se le ve que bebe los vientos por ella pero la otra le hace el caso justo ¡con la de cosas gratis que podríamos tener!. Después, como de pasada, ha preguntado por la Cotilla - ¿Pasa algo, señor Li? - Pues, ya que lo plegunta, sí. Mi encalgada, sin mi pelmiso, le dio lopa pala cosel y no la ha devuelto... - No habrá terminado el trabajo - ... ni la devolvelá polqué la ha vendido ¡lo sé de buena tinta! ¡Yo quielo coltal-le la coleta a la tía ladlona! - He preferido callar para no echar más leña al fuego pero a mí también me gustaría cortársela.

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