miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Cotilla ha llegado casi a la hora de comer y nos traía ¡un regalo! Por poco nos da un patatús. Venía envuelto en papel de periódico - Ya sabes que no llego a fin de mes... (se quejó, lastimeramente, a la abuela) - "Quien da lo que tiene no está obligado a más" (dijo la otra en plan sentencia) - Venga, dejaros de tanto circunloquio y abre el paquete de una vez... ¡Espera, que le haré una foto! Esto es lo nunca visto.

Nuestro gozo en un pozo. El regalo era lo poco que quedaba de un grueso velón - ¿De dónde ha sacado esa  reliquia? - He pasado por una iglesia y he entrado a descansar un rato y a estar fresquita - ¿Lo ha robado? - ¡Cuidado con esa boca, niña! Lo he cogido pensando en el porvenir... ¿Tendremos bastantes velas en caso de un largo apagón? Ahora, sí. - "Que barra tienes, Cotilla... Bueno, ya está hecho y una vela a mano cuando se la necesita va muy bien. ¿Has rezado un poco por lo menos? - Un poco sí, más que nada  para dar las gracias... - "¿Por qué.Has tocado el cepillo?" - Dicen que Dios proveerá pero, generalmente, necesita un poco de ayuda. - ¡Que vergüenza de mujer! - ¡Dí mejor vergüenza de Pinochos! Suben lo que no tenían que subir nunca y dejan las pensiones y los salarios cada vez más canijos. A este paso desearemos que  aparezca un nuevo Curro Jiménez y yo seré la primera de la cola para recibir lo que le ha robado a los ricos. - Sí, mujer. Usted siempre dando la nota.

Mientras comíamos, la Cotilla nos anunció que tenía otra idea para enriquecerse - Vender mascarillas contra el humo y los olores de las basuras internacionales - "De eso ya venden en las farmacias" - En Japón. Aquí no - "Aquí tenemos para dar y tomar desde lo de la gripe A" - ¡Que mala pata tengo!... ¿Qué es eso? - Se levantó rauda a coger el bote de comida para peces que había sobre el aparador - ¿Para qué queréis esto? - "Es para Pas... ¡Para lo que no te importa!" - ¡Te pillé! ¡Es para Pascual de tus amores! jajajajaja ¿Tiene pececitos? jajajaja ... Oye, ¿por qué no me quedo yo con Andresito y te quito el muerto de encima?  - "¡Mira que eres desagradable!" - Que mal te sienta que te digan las verdades del barquero... No te enfades. Ya quitaré yo la mesa - Salió camino de la cocina con los platos sucios en las manos. Al entrar en el comedor recibió un certero chorrito de agua envenenada en un ojo. Los gritos de la abuela eran como trompetas de guerra para Pascualita. Di por buena la rotura de unos platos a costa de ver saltar y caracolear a la vecina que chillaba como un conejo. Poco rato después dormía la mona después de las preceptivas y sedantes copas de chinchón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario