jueves, 4 de octubre de 2012

- "En Madrid no nos quieren" - En Madrid si, los que no nos quieren son los que trabajan en el Congreso y hacen de su capa un sayo. - "Tienes razón. El pueblo madrileño tiene que aguantar mucho: que si manifestaciones por aquí o por allá de gentes de fuera; cortes de calles; desvíos, etc. pero se echa a la calle como el primero para pedir la dimisión del Gobierno; recibe a los mineros con cariño, cosa que no hacen los mandamases, la mayoría de los cuales no han nacido en Madrid... ¡Es que hoy no sé lo que me digo!" - ¿Estás cansada? - "No. Asombrada y cabreada por el poco dinero que nos manda el Gobierno y con los puñeteros suecos" - Tampoco vayas a meterlos a todos dentro del mismo saco. - "¡Es que eso de borrar a las mujeres del catálogo de Ikea en Arabia Saudí es de juzgado de guardia!" - La abuela se va embalando a medida que se escucha, lo cual empieza a representar un peligro para mí porque estamos cerca del "acuario" de Pascualita. De momento, duerme.

- "¿Por qué el Gobierno da tan poco dinero a estas Islas si somos de los que más contribuímos al Estado? ¡Aquí, todos moros o todos cristianos! ¡Luego se extrañan si queremos la independencia!" - Abuela, no grites. Aquí nadie ha pedido eso... han sido los catalanes - "Al menos ellos tienen un President que, aunque haga de tripas corazón, los defiende pero aquí... Boquita de Piñón sacó pecho ante sus súbditos y todos pensamos: Tararí que te vi. Porque, a ver ¿a qué ha ido a los Madriles? ¿A decir si wuana? ¡Eso puede decirlo desde su despacho y nos ahorramos los gastos que ha originado el salir en la foto! ¡Qué el Pinocho Mayor del Reino le de un ministerio de una vez y le ponga piso en la Capital!

Con tanto grito Pascualita se despertó... - Cuidado, abuela, que no parece muy contenta - "Por que se ha enterado de lo que han hecho los suecos. ¡Peseteros, más que peseteros! Pues como todas las mujeres del mundo donde tienen tienda esta gente, dejáramos de comprar en solidaridad con las mujeres saudíes, otro gallo les cantaría..." - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Me he pasado por Ikea y mirad qué traigo: unos vasitos para el chinchón... es que las copas que tienes son muy pequeñas. - "¡Que poca vergüenza tienes! ¡No tendrías que haber comprado allí!... ¿esto no son tazas para chocolate?" - ¿Quién ha hablado de comprar?... Estaba al final de una caja y en un descuido del comprador y la cajera, las he echado en el bolso. - ¡Pero que cara tiene! - "¡Déjala, tiquismiquis, que ya estaban pagadas!" - ¿Por qué no las estrenamos? - "Ahora mismo, a ver si se me pasa el enfado."

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