martes, 9 de octubre de 2012

Estaba ansiosa por que la abuela volviera de la compra. Tenía una visita que la esperaba desde hacía dos horas y estas cosas me apuran porque, en estos casos,  no sé de que hablar. Cansado de estar sentado, el visitante se acercó al "acuario" de Pascualita ; creí que le daría una ojeada pero no, parecía un inspector de Haciendo dando un buen repaso hasta dar con el fraude. Pero en este caso, no encontró nada que le llamara la atención. La sirena es más lista que el hambre y sabe que no debe mostrarse en público, por eso permaneció escondida dentro del barco hundido hasta que la abuela entró en casa, cargada con carrito y bolsas.

- "!Señor Li! ¿Qué hace por aquí!" - Galante, el hombre corrió a ayudar a mi abuela, cosa que le agradecí porque no estaba yo por la labor. Pascualita no perdió el tiempo, salió como una flecha a la superficie y le tiró un chorrito de agua envenenada pero el señor Li se estaba alejando y solo mojó el suelo. Esperó un poco hasta que viendo que se acercaba, repitió la operación pero, esta vez, tampoco atinó el tiro.  Enseñó la dentadura de tiburón en un intento de asustar a su enemigo y volvió a su escondrijo.

- Yo tlael-le un legalo pala usted... ¿gustal pato? - "Pues... sí. Son muy simpáticos. Sin ir más lejos, el Pato Donald me hace reír mucho" - El señor Li abrió un cesto que llevaba - ¡Milal, el pato! - "¿Qué voy a hacer con esto? ¡si está vivo! ¡Toma! (me dijo a mí) - ¿Desde cuando me dan miedo los patos? ¡Desde el momento en que la abuela me lo tiró a la cara! El animal, libre por fin, emprendió un pequeño vuelo y acabó en el  "acuario" - ¡Quita, bicho! ¡¡¡Abuela, está metiendo la cabeza en el agua!!! - ¡Yo cogel. No asustal!
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ... ¿qué pasa aquí? ¿Eso es un ....pato?... ¿Vas a hacer pato a la naranja? -¡Ella no comel¡ - gritó el señor le señalando a la Cotilla con el dedo. Mientras tanto, el bicho seguía a lo suyo y no paró hasta conseguir tener a Pascualita en su pico. El señor Li miró entusiasmado a la abuela. - ¡Acoldalse de mi ¿veldad, Abuela? ¡Tenel pecela pala gambas glandes que a mi gustal. Abuela, sel fantástico! - "¡Que no soy su abuela, coñe!" (y a mí me gritó) "¡Coge a ese bicho del cuello antes de que se la trague!" - ¡Me picará! - "Como si te deja tuerta!"

Finalmente fue la Cotilla quién resolvió el problema atizándole un escobazo al pato que cayó grogui al suelo. Recogí, rápidamente a Pascualita y la metí en mi escote. - ¿Pol qué metel gamba golda ahí? dijo el señor Li mientras sus ojillos se achinaban más que nunca. - "Es... es un nuevo método de... engorde" - El chino se quedó a cuadros - ¿Nieta alimental gamba a sus pechos?... ¡Oooooohhhhhh, dioses...¿cuándo podel probal yo? - No acaba yo de entenderle - ¿Qué es lo que dice que quiere probar este tío?

Al quedarnos solas, nos quitamos el sofocón con unos chinchones. La abuela había explicado al señor Li que nosotras éramos vegetarianas y lo mejor que podía hacer era volverse con el pato por donde había venido. Eso sí, le agradeció infinito, el detalle que había tenido. - Las dos viejas, recordando el episodio, se partían de risa - Buen trabajo le has buscado a tu nieta ¡amamantar gambas! jajajajajaja

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