martes, 20 de noviembre de 2012

Pascualita nada tranquila en su "acuario" rosa ignorando el mosqueo entre la abuela y Andresito que discuten en la cocina - "... y estoy hasta el gorro de tus pastillas azules! ¡Imagínate que se hubiese muerto!" - ¿Quién? - ¡¡¡Pasc...!!! esto... ¡yo que sé! el gato de la vecina podría haber entrado por la ventana y haberse comido tu dichosa viagra! ¿Qué hubiese pasado entonces, eh?" - Se hubiese revolucionado... ya sabes como es esto jejejejeje... ¿Has dicho Pascual? - "¿Quién es Pascual?" - Eso tendrás que decírmelo tú... Ahora recuerdo que la Cotilla me habló una vez de un tal Pascual que quería robarme tu amor... ¿Pascual encontró la dichosa pastilla?...¿En esta casa?... ¡¿Qué hacía aquí?! ¡¡¡¿No me digas que aprovechasteis el Momento Subida?!!!

Los gritos se oían de una parte a otra de la acera. Primero se paró a escuchar un jubilado que pasaba bajo el balcón pero pronto se fue juntando un buen grupo entre parados, señoras con el carrito de la compra, gente que iba de paso - Usted perdone (preguntó una mujer recién llegada) ¿hablan de las 50 sombras de Grey? - Probablemente aunque, como aún no lo he leído, no puedo opinar - ¡Yo sí lo he leído y no vea lo bien que va para los matrimonios aburridos aunque, me parece que no mencionan la viagra... de todas maneras no me hagan mucho caso porque, es ponerme a leer el libro y concentrarme en mi Manolo... Lo tengo un poco asustado jijijijiji

Pascualita acabó prestando atención al jaleo que montaban los dos viejos - "¡Te mereces que me busque un Pascual por desconfiado!" - ¿Desconfiado? ¡Tu misma te has delatado nombrándolo. Lo tienes metido en el cerebro! - "¡¿Yo he dicho Pascual?! - Se oyó un coro de subía de la calle - ¡¡¡No. Nunca!!! - seguido de los aplausos de las mujeres que habían hecho causa común con la abuela, aunque la mayoría no la conocía de nada. - ¡¡¡Yo he oído que decías Pascual, con todas las letras!!! - De nuevo el coro de la calle, esta vez de voces masculinas, apoyó a Andresito - ¡¡¡Lo hemos oído todos!!!

La abuela y su novio se asomaron al balcón, intrigados. Abajo se había formado una pelotera entre unos y otras que a punto estuvo de acabar mal si no llega a ser porque, en ese momento llegó el Municipal. Le costó mucho conseguir que despejaran la acera. La abuela le gritó: - "¿Qué ha pasado?" - No lo he aclararlo pero, seguramente, discutían de política.

Andresito entró en la cocina a por un vaso de agua, se había quedado seco de tanto gritar. Entonces le pareció oír un ¡chof! que venía de la bañera rosa. Se asomó, curioso y recibió un chorrito de agua envenenada en el ojo. La vitalidad que desplegó corriendo, saltando y gritando, todo al mismo tiempo, fue algo inaudito para su edad. La abuela consiguió sujetarlo y le hizo beber una copa de chinchón.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Menudo jaleo se ha montado en la calle!... ¡Vaya! Dame a mi otra copa... ¿Qué se celebra? - "Te lo explicaré cuando estemos solas, mala pécora"