lunes, 17 de diciembre de 2012

- "Cada día los atracadores oficiales se hacen más audaces ¡Necesitamos a Robin Hood, Pascualita. ¿Dónde está Errol Flynn?" - Abuela, ese era un actor... - "Pero tan guapo, tan simpático, tan alegre y tan justiciero que quitaba el hipo" - Me temo que te está haciendo un lío - "¿Tú le viste haciendo de Robin Hood? ¡Tú que vas a ver! Ese se planta en el Congreso y se les quitan las ganas, a esos Juan Lanas, de seguir robando al Pueblo" - Pues sí que te has levantado bien... - "¡Me levanto como me da la gana! que eso, aún es gratis. Hoy nos han robado otro derecho y aquí estamos, viéndolas venir... En cuanto vayas a los juzgados, a lo que sea, te pasarán factura y no pequeña precisamente. Si ganas un juicio no te saldrá a cuenta porque tendrás que pagar más de lo que has ganado. Esto revuelve las tripas a los mismísimos trabajadores de la Justicia ¿Les ha hecho caso Gallardón, que Dios confunda? ¡Que va! Ahora mismo ya debe estar pensando en la próxima barrabasada que nos hará"

No parece que le haya caído muy bien el desayuno a la abuela y yo no estoy segura en la cocina porque, como siempre que me grita, Pascualita cree que la culpa es mía y me escupe. Por eso pensaba desayunar sola en el comedor pero ha sido imposible - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - ¡La que faltaba para el duro! - ¿Qué haces aquí sola? ¿Te ha castigado tu abuela? jejejejejejeje...- ¿A qué llamo a mi abuelito? - ¡Ni lo mientes! Mira, he traído velas para que no le falten y nos deje en paz - Y sacó unos velones a medio quemar de una bolsa que siempre lleva consigo para guardar lo que "se pierde" por ahí. - ¿Ya ha vuelto a asaltar una iglesia? - Una no, que se nota mucho, varias... Si coges un cirio en ésta, uno en la otra y así sucesivamente, pasa desapercibido... - Va a ir al infierno de cabeza - No señora. Este Papa me ha simplificado las cosas. Dijo que el Infierno no existe y si lo dice él, que es infalible, no voy a contradecirle yo ... También he traído flores y lo poco que había en los cepillos... Ah y agua bendita para que se me ondule el pelo. - Su pelo no tiene remedio. Parecerá de rata hasta que se muera - Anda, calla e invítame a chinchón que vengo mareada - ¿Es conveniente?

La comida ha sido escasa: sopas de ajo con huevo (la abuela ha puesto solo uno, bien mezclado) una ensalada con atún y sardinas de lata (una latita entre tres) y yogures de marca blanca - ¿Esto es todo? (preguntó la Cotilla) pues me voy a un comedor social a ver si me acabo de llenar. - Tráigame algo - le supliqué. - ¡Sí, hombre! a ti te lo voy a dar. La que no llega a fin de mes soy yo... Que nieta más egoísta, hija ¡Que cruz tienes con ellaaaaaaaa! - La Cotilla salió corriendo hacia la puerta de la calle pero no se libró del sartenazo que le arreó la abuela.

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