miércoles, 2 de enero de 2013

Andresito se quiere casar. Dice que le gustaría hacerlo un martes y 13. ¡Que valiente es este hombre! pero no por la fecha elegida sino por unirse a mi abuela. Ella está sopesando los pros y los contras - "Es un paso muy importante... No quiero perder mi libertad" - El le dice que no perderá nada y encima ganará un compañero. - "Pero si ya lo eres... ¿La Cotilla seguirá comiendo aquí todos los días?" - ¡Dí que no, Andresito, por favor.! - Aunque me repatee... digo que sí. - Pues que sepas que mi admiración por ti ha bajado unos grados.

Cuando estamos solas le recrimino que tarde tanto en decidirse - ¡Piensa en la Torre del Paseo Marítimo! - "Pero a mí me gusta vivir aquí. Conozco a toda la gente del barrio" - Al abrir los ojos por la mañana  verás la Bahía de Palma ¡menudo espectáculo! no como ahora que cuando te asomas al balcón ves los contenedores de la basura. - "Te quedarías sola..." - ¿Yoooooo? ¡Ni hablar! Si te casas con él entraré en el lote de tu ajuar... y Pascualita también. - "¡Por supuesto que la sirena se vendría conmigo!" - ¿Solo... solo ella (balbucí)? - "¡Y Pepe!" - ¿Y yo qué? - "No puedo llevarte. Ya sabes lo que dice el refrán: el casado, casa quiere. Y hay otro que dice que tres son multitud. ¿Quiéres ser multitud?" - Una duda me atenazó la garganta - ¿Por eso Andresito ha dicho que sí a que la Cotilla siga comiendo aquí? ¿¡¡¡Conmigo!!!? ... ¿¡¡¡Solas!!!? ...¡Que cabrón!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! Estoy feliz. Por primera vez en mucho tiempo, soy feliz. - Me repatea que alguien esté feliz cuando yo no lo estoy (dije con rencor) - ¿Qué le pasa a la Alegría de la huerta? (preguntó a la abuela) - "La envidia la corroe... ¿A qué viene tanta alegría?" - Pues a que estoy pero no estoy. - "Veo que tienes las cosas claras" - Quiero decir que estoy en el Limbo... - "¡No existe! Lo dijo el Papa que, de estas cosas, sabe mucho" - No es el Limbo religioso. Puede ser ateo o medio pensionista. Es un Limbo civil. Me he quedado entre dos años y es una sensación muy agradable. - A ver si dice lo mismo cuando llegue su santo o su cumpleaños. No habrá regalos. - ¿Por qué, mala uva? - Porque los del año pasado ya los tiene y como éste, no está aquí, todo eso que nos ahorramos. - ¿La estás oyendo? - "Creo que tiene razón. Si no estás no hay nada, ni regalos, ni comidas, ni chinchón, ni ná de ná jajajajajaja" - ¿Y qué haré? Aunque no esté en éste año, tengo que comer... - Puede hacerlo en SU CASA. Será una novedad. - ... y beber. - Con lo que se ha sacado limpiando las carteras a los borrachos de la Nochevieja, cómprese una botella de chinchón y se la bebe en SU CASA. - Con lo contenta que yo venía y lo poco que habéis tardado en amargarme la fiesta... ¿Qué hago? Porque no puedo pasarme un año entero viendo ese número nefasto en el calendario. - ¡Muérase! - ¿¡Has oído a la cretina de tu nieta!? - Oiga, no se enfade encima que le doy soluciones.

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