sábado, 12 de enero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Ya ha llegado! Ahora solo nos falta comprobar si, una vez más, nos mienten los Pinochos. - "De buena mañana no me hables en clave que aún tengo las meninges en estado cataléptico" - ¡Hablo de la basura! Los primeros camiones, que no veas tú lo grandes que son, ya han dejado su carga de basura peninsular en la Incineradora para quemarlos... ¿Sería eso lo que ayer olía mal aquí?

- "Cotilla, dime cosas del novio de mi nieta" - ¿De qué color quieres que sea tu biznieto?...jijijiji  - Saca el chinchón primero y siéntate jejejejejeje... Es... feo. - "¿Cómo de feo?" - ¡Un rato largo!... y negro. - La abuela quedó un instante con la boca abierta, luego dijo: - "¿Es feo porque es negro o es feo porque sí? - La segunda opción... y trabaja de  pescadero... Tienes todos los números para tener un biznieto de color café con leche... más bien café que leche porque el chico es muuuuy oscuro.

Cuando llegué a casa la abuela me cogió por banda - "Así que tu novio es negro, feo y pobre y no me dices nada" ... - No pensé que estas cosas te importaran - "¡Pues claro que me importan! No quiero que mi biznieto sea feo" - Esta tarde te lo presentaré - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! Yo también quiero que me lo presentes... por cierto ¿a quién? - A usted nadie le ha dado vela en este entierro, tía plasta.

Mi novio llegó a casa en plena siesta nuestra. - Mira, este es Gabriel - La abuela, cogida de improviso, dio un respingo - ¡Jodó, si que es feo el jodío! - La Cotilla le acercó una copa de chinchón para que se le calmara la taquicardia. De repente la vecina soltó un grito - ¡Tenéis la casa invadida de bichos! - Había olvidado que a Pascualita le pone mucho el olor a pescado y había saltado a la espalda de mi novio después de salir del "acuario" y arrastrarse por la mesa hasta lograr su objetivo.

 Mientras le servía más chinchón a la Cotilla para que se le nublara el entendimiento, llamaron a la puerta y entraron dos hombres que, sin mediar apenas palabra, empezaron a fumigar los rincones de la casa. - "¿Pero... Esto que es?... ¡Paren, que nos vamos a asfixiar todos!" - La Cotilla, tomando las riendas de la situación, ordenó a los fumigadores que siguieran con su faena - ¡Los he llamado yo. No puedo comer en una casa que está llena de bichos asquerosos! ¡¡¡Miren, en la espalda de este hombre hay uno!!!  ¡A por él!... No te preocupes (le dijo a la abuela al verla desesperada) Son muy buenos, ya lo verás cuando te den la factura. - "¿No la vas a pagar tú?" - ¿Yoooooooooo? ¿con qué si no llego a fin de mes?... además, es tu casa no la mía.- Envueltos en nubes venenosas, conseguimos abrir todas las ventanas y el balcón ante los asombrados de los operarios que corrían detrás de nosotros, cerrándolas. Al llegar a la puerta de la calle la abrimos y nos hicimos a un lado. En cuanto salieron al rellano, la cerramos a cal y canto. Cogí a una medio asfixiada Pascualita y la metí en la garrafa de agua de mar. Gabriel la vio y dijo sonriente: ¿es mi aperitivo?

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