miércoles, 13 de marzo de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Estoy tan emocionada!... ¿Aún estáis en la cama? ¡Venga, gandulas, arriba que ya son las 6 de la mañana! - Prepárese usted misma el desayuno y déjenos en pazzzzzz... - ¿No sentís bullir la sangre? ¿No os gustaría tener una vida mejor? - "Conque nos dejaras dormir ya la tendríamossssssss" - ¡Todo el mundo está pendiente de la chimenea y vosotras durmiendo como lirones! ¡La Historia se mueve y no os importa! - Algo de lo que le tiró la abuela debió dolerle porque durante un rato se oyeron maldiciones.

Al ir a desayunar oímos gruñir a una fiera. - "¡Llama por teléfono al Municipal y dile que está aquí!" - ¿Quién? - "Lo que sea que se haya escapado de un circo" - Pensé en Pascualita y con el teléfono en la mano, mientras marcaba el número de la Policía Municipal, me asomé discretamente a la cocina. Colgué antes de que me respondieran. Lo que nos había asustado eran los ronquidos de la Cotilla que dormía a pierna suelta y roncaba en estéreo. Pascualita reptaba hacia ella mostrando sus dientecitos de tiburón. La cogí antes de que atacara porque recordé que nos habíamos quedado sin chinchón.

Despertó al olor del café recién hecho - ¿Ya hay fumata blanca? - "¡Y yo que sé!" - No sé como puedes estar tan indiferente con lo que te gusta la lotería de Navidad. - "¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?" -  Mucho. Aunque se nota que quien prepara todo el tinglado vaticano no es español. Faltan los décimos. A cada cardenal abría que ponerle un número y si saliese elegido mi décimo, por ejemplo, me darían un premio en euros... - ¡Ja! Esos no sueltan ni una perra chica que tenga que salir de sus bolsillos. - saldría de las ganancias de la venta... - "Estás tonta" - ¿Por qué? Todo el mundo mira a una simple y vieja chimenea como en Navidad miramos los bombos y sus bolitas. Queremos que salga el Gordo pero no muy temprano porque se carga el sorteo. Con el Cónclave pasa lo mismo porque hay que dar vidilla al asunto. Cuandosalen los premios pero no son gran cosa: fumata negra y cuando por fin sale fumata blanca ¡el Gordo! todo el mundo se pone muy contento hasta que te das cuenta de que no es tu número. Como tampoco es el Papa que les gusta a todos. Finalmente sale al balcón un anciano diciendo Habemus Papa y los que les ha tocado descorchan las botellas de cava y los demás, apagamos la tele. - "¿En algo hay que entretenerse, verdad?" - Pues sí... Podríamos hacer algo así para el nuevo Cónclave. - "Buena idea" - El nuevo Cónclave es éste. - "No. Este es el actual"- ... ¡Dios mío, ¿cuánto tiempo más tendré que aguantarlas?



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