sábado, 18 de mayo de 2013

Hoy ha comenzado el día como a mí me gusta, tranquilo. Hemos puesto a Pascualita sobre la mesa de la cocina para desayunar con ella y charlar las tres juntas (¡Dios mío, si alguien me escucha!) Como siempre, se ha puesto sobre Pepe, que es el personaje más sufrido de ésta casa. Pobrecillo. He acabado cogiéndole cariño. A veces me pregunto cual fue su vida. ¿Sería un indígena de una tribu enemiga de los jivaros, o un explorador despistado que acabó en la olla de esa gente? ¿un misionero que le hacía la competencia al brujo local? ¿el mismísimo doctor Livinstone? Creo que su identidad seguirá siendo un misterio. Lo único cierto es que se lo comieron, no sé si con patatas, y redujeron su cabeza hasta quedar más pequeña que una pelota de tenis. Quiero pensar que ahora es feliz (lo cual es mucho pensar) con su nueva familia (la nuestra) y una amiga especial aunque con muy mal genio... Pascualita.

Al volver de la compra, la abuela venía rara. - "Nena ¿me dejas que le eche una ojeada a tu armario?" - ¿Por dentro o por fuera? - jajajajajaja "Que graciosa eres" - (Aquí había gato encerrado. Lo normal es que me hubiera insultado hasta la hora de comer) "Creo que voy a quitarme el luto porque los Pinochos no tienen trazas de arreglar nada y no quiero pasarme la vida vestida de negro. Así que me voy a poner de colores, cuanto más brillantes y llamativos, mejor. Serán un canto de esperanza ante la mediocridad gubernamental que nos rodea" - ¿Quieres ponerte mi ropa? - "Sí, guapa" - Ya sabía yo que tanta amabilidad escondía algo.

Ahora toda mi ropa está esparcida por el cuarto. Se lo ha probado todo y a todo le ha sacado defectos - "¡Fíjate, con ésta falda parezco mi abuela!... ¡Esta blusa se llevaba en los años cuarenta! ¿pero dónde te compras la ropa? No me sirve nada. Me hace mayor" - Abuela, ERES mayor. - "No me vengas con historias. Una cosa es serlo y otra parecerlo. Yo no me siento mayor... ¿A qué mercadillo vas?" - A ninguno. Voy a tiendas de ropa para chicas de mi edad. - "¡Chicas! Señoras de mediana edad, querrás decir. ¡Yo sí que voy a los mercadillos, rebusco en los montones de ropa, saco de aquí y de allá, mezclo tendencias de moda distintas y voy hecha  un pincel" - Querrás decir un cromo.... ¿A qué viene este cambio repentino de pasar del luto al color estridente? - "Me he enterado de que los Pinochos dejarán entrar gratis a los toros y al fútbol a los menores de 30 años que no tengan trabajo y tengo que aprovecharlo" - ¿Y crees que te dejarán pasar? - "Claro, aunque no con tu ropa"

  ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Y tú abuela? - "Se ha ido a comprar ropa juvenil" - ¿Ha dejado la comida echa? - ¿Es lo único que le preocupa? - ¿Hay algo más importante? -  La abuela llegó cargada de bolsas y al abrirlas el comedor se llenó de colores, a cual más chillón" - ¿Y esta ropa?  (preguntó la vecina) - "Para ir al fútbol y a los toros, gratis" -

Mientras saboreábamos el café y el chinchón, a la Cotilla y a mí nos seguía dando la risa. "¡¡¡Ya está bien!!! He picado. Pero de los Pinochos podemos creernos cualquier cosa ¿o no?" - La abuela trinaba. Había oído una noticia falsa y se la había creído. - Míralo por el lado bueno, abuela. Lo que has gastado en dinero lo has ahorrado en tiempo jajajajajaja ¿por qué te has dado tanta prisa? Si no te gustan ni los toros ni el fútbol jajajajaja - "Ya... pero como era gratis..."

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