jueves, 30 de mayo de 2013

La abuela se ha "descolgado" ésta mañana diciendo que se va de vacaciones con Andresito a Vizcaya. - ¿Cómo de vacaciones? Pero si tenéis la boda en puertas... ¿o ya no hay boda? - "¿Cómo que no? Habrá bodorrio por todo lo alto. Solo espero que los invitados, por parte de mi novio, no sean tan "ilustres" como los de la boda de la hija de Aznar. A ver si vienen a detenerlos durante el banquete y se nos queda toda la comida sobre las mesas porque hemos elegido un menú de campanillas y eso vale un potosí. De todas maneras ya he dicho en el restaurante, que tengan preparadas fiambreras de plástico por si acaso. Si tienen que ir a la cárcel por lo menos que se lleven sus raciones... Andresito se me ha quejado diciendo que sus amistades son personas de fiar: banqueros, políticos, gentes de la Administración y del clero de toda la vida, etc. Por si acaso, no he llamado anulando las fiambreras aunque a Andresito le he dicho que sí. Mujer prevenida vale por dos." - Pues tu llevas a la Cotilla, que menuda es. - "¡No compares! No es lo mismo sacar unas perras de los cepillos de las iglesias que robar a mansalva a pensionistas incautos y demás gentes que creen que tó er mundo e güeno.

¿Y por qué os vais ahora de viaje? ¿No pensáis hacer el de Luna de Miel? - "¡Claro! Este es para que se me quite el disgusto que cogí a causa de la traición de la Cotilla y el haberla dejado luego, fuera de la lista de invitados" - ¡Menuda perra cogiste, abuela! No te recomiendo que se entere tu flaqueza hacia ella porque te tendrá pillada para siempre. - "Ya lo sé. Menos mal que estaba borracha como una cuba y no se enteró" - Seguro que Andresito se llevó un disgusto cuando cambiaste de parecer. - "Tuvimos una discusión y para arreglar las cosas, me propuso el viaje a Vicaya, Bilbao, etc. Lo hizo en El Funeral, delante de todos nuestros amigos y yo le dije que sí antes de que acabara de hablar. Las oportunidades hay que pillarlas al vuelo" - ¿Estaréis muchos días fuera? - "Seis. Los suficientes para enseñarle lo que le espera en nuestro viaje de bodas" - ¡Ay, que ilusión, abuela. A lo mejor volvéis con un bebé de camino! - "Desde luego, no eres más tonta porque no te entrenas" - ¿No te haría ilusión? - "Ilusión no sé pero seguro que nos subían a los altares a Andresito y a mí por hacer un milagro a éstas alturas de la vida... ¿Tú la oyes, Pascualita? ¡Es tonta hasta decir basta! - La sirena, que nos observaba desde el borde de la pila bautismal románica, puso sus ojos de pez en blanco (si es que los peces pueden hacer esto) y dándose impulso dio un salto mortal hacia atrás y entró, limpiamente, en el agua haciendo unos cuantos tirabuzones... Me tiene admirada esa soltura haciendo saltos de trampolín. Tendré que probar a ver si me salen cuando vaya a la piscina... Dice la abuela que no lo haga antes de la boda, no sea cosa que me escoñe y tengamos que aplazarla. ¡Que poca confianza tiene en mí!

No hay comentarios:

Publicar un comentario