jueves, 27 de junio de 2013

Hoy la abuela ha echo frito de sangre encebollada para comer ¡hummmmmmmmmmmm! Babeo solo de pensarlo. Me voy a poner las botas. Después de tanto tiempo sin comerlo, me gustaría que fuera todo para mí... bueno, y un poco para la abuela que, además ha echo el trabajo, pero tendré que compartirlo con la egoísta de la vecina. Porque es egoísta hasta decir basta. Jamás he visto alguien tan egoísta como ella... Pues no pienso darle cuartelillo y si ella se come dos platos, yo me comeré tres que para eso estoy en mi casa.

- ¿Por qué se te ha ocurrido hacer ésta comida? - "He ido al mercado y acababan de traer la sangre y me ha venido la idea. Y dicho y echo. Cuando vayamos a comer, como habrá reposado, estará más bueno" -  ¿Vendrá tu querida amiga? - "¡Claro! La he encontrado en la calle y cuando le he dicho lo que iba a hacer se le ha echo la boca agua" - Bueno, pero yo quiero más cantidad que ella... al fin y al cabo soy la única que trabaja, la que paga la casa y la comida, la que... - "¡Para, para! Menos mal que dentro de poco me iré a MI Torre del Paseo Marítimo no tendré que aguantaros ¡Egoístas!" - A mi no me metas en el mismo saco, yo no soy como la Cotilla.

Me entretuve jugando con Pascualita porque la abuela no me dejaba entrar en la cocina. - "¡Como te atrevas a meter mano a la comida, te doy con el cucharón en la cabeza, Boba de Coria!" - He metido a Pepe en el agua le he echo dar varias vueltas por la pila bautismal, despacito pero en cuanto la sirena ha salido del interior del barco hundido para enterarse de lo que pasaba, le he dado velocidad a las vueltas para incitarla a perseguirnos. A este bicho no hay que rogarle, en seguida entra al trapo y se ha organizado una maratón a toda pastilla que ha terminado cuando apenas quedaba agua en la pila y mi brazo ya no tenía más fuerza. Ahora Pascualita está sentada sobre la cabeza jibarizada, como un naufrago en un islote. La abuela me ha dado dos collejas por dejar el comedor como una piscina municipal. Tengo que fregar el agua y marcharme después a la playa, con unas garrafas para traerlas llenas porque nos queda poca agua de mar.

Cuando he vuelto a casa era tarde porque me he encontrado con un cáos en el tráfico. Por un lado estaban con obras viales (¡¿no pueden hacerlas de noche?!) por otro había habido un accidente. Y cuando he querido coger un camino alternativo ha resultado que todos los chóferes habían pensado lo mismo. Total, que he llegado a casa, con más hambres que un maestro de escuela antiguo 1y apenas quedaba un platito de frito!. - ¡¡¡¿Y mi fritooooo?!!! - "Como no venías..." - ¿O no has comido por ahí?... - ¡¡¡¿Solo me habéis dejado ésto?!!! - Y gracias. Porque ya no nos cabía nada más en el estómago. Estaba taaaaaaaannnnnnn buenooooooo.

Que a gusto me hubiese quedado si las hubiese matado en ese momento... ¡Maldita educación! Me tuve que contentar con lo poquito que me habían dejado y un pan con aceite y tomate... Luego me senté a tomar el poco café que quedaba en la cafetera, deseándoles, mentalmente, que cayeran sobre ellas las 7 plagas de Egipto, todas a la vez. Mientras, ellas seguían con su charla que no era otra que... la matanza del cerdo paso a paso y con todo lujo de detalles. Al final tuve que salir corriendo hacia el cuarto de baño y vomitar hasta la primera papilla. Total, que me quedé sin frito... menos mal que aún quedaban dos o tres copitas de chinchón en la botella y serían todo para mí - ¡¡¡Eeeehhhh, no te lo bebas todo, egoístaaaaaaaaa!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario