lunes, 10 de junio de 2013

Que silencio hay en casa. He venido antes de que llegue la abuela porque no quiero que sepa dónde y con quién he estado, que luego me hace un interrogatorio tipo Gestapo y me deja para el arrastre. Sé cuál sería su primera pregunta "¿Ya habéis encargado a mi bisnieto?"

"¡¡¡Vengo reventadaaaaaaaaaaaaa!!! ¡Qué bien lo hemos pasadoooooo! ¿Verdad, Pascualita?" - ¿Ya se ha ido Andresito? - "Está subiendo las maletas" - ¿El solo? No me parece bien. Ya tiene mucha edad para estos trajines. - "Pues baja tú" - ¿Yooooooo?... No son mias. - El pobre tuvo que subir y bajar tres veces porque no podía con todo, pero no me preocupé porque hay ascensor. Se le oía de lejos cuando arrastraba maletas y paquetes por el pasillo. Todo eran jadeos, toses y respiraciones asmáticas. - A este paso te quedarás sin novio. - "¿Que sabrás tú? A sus años sigue siendo una fiera en la cama... Te lo prestaría una noche para que tuvieras, de una vez por todas, a mi bisnieto pero no me parece ético" - Vaya, me alegra saberlo. - "Es que hice una apuesta con él a que tendrías al niño (por tu cuenta) antes de los 40 y si te preso a mi novio, haría trampa"

Cuando Andresito recuperó el resuello y empezó a articular palabras, balbuceó algo sobre los pasajes que no entendí: - "Jajajajajaja, no se puede quitar de la cabeza el mal rato que pasó cuando nos dimos cuenta, en el mostrador de embarque del aeropuerto, que me había dejado los pasajes en la mesa del  comedor. Se puso como una moto. Creí que lo fulminaría un infarto. Afortunadamente no fue así porque hubiéramos perdido la mitad del pasaje" - ¿Hubieses seguido el viaje sola? - "¡Claro! ya estaba todo pagado"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Tú nieta no ha dormido en ésta casa!!! - ¡Será...! ¡A usted qué le importa, bruja! - "¡¿Has cohabitado con el Médico?! ¡Hay, hija, qué alegría. Por fin tendré un bisnieto! Andresito ¡hay bebé a la vista!" - ¿Ya te has echo la prueba de la rana? (su expresión era de incredulidad) - La Cotilla, que iba a lo suyo, intervino - ¿Y tú para qué te has llevado el termo de los chinos? - Eso le dije yo (terció Andresito) pero una vez que me acostumbré a verla con él, la encontré muy sexy. - "Y no habla por hablar jejejejejeje" - Bueno y ahora dime ¿qué comemos hoy? - "¿Dónde has comido éstos días?" - Depende. Algunas veces en el comedor social. Otras, si se me daba bien la cosecha de los cepillos de las iglesias, me pagaba un menú del self service. Pero cuando más he disfrutado ha sido comiendo de gorra. Me colaba en restaurantes buenos con mi mejor sonrisa y aspecto de gorrión necesitado de cariño. Al sentarme sacaba la cartera, abultada con papel de periódico, y la dejaba sobre la mesa para que la vieran bien. Una vez terminada la comida iba al baño, sacaba una cuenta que encontré por ahí y al salir, delante de la gente, la guardaba en la cartera con cara de "ya he pagado" y me iba de allí con el aire más inocente y honrado del mundo... ¿A qué tengo arte? ... Pues eso se merece un brindis ¿no? - (y la abuela gritó) - "¡Niña, trae el chinchón!





 



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