jueves, 25 de julio de 2013

Apenas repuesta de la conmoción que sufrió a consecuencia de los ex políticos corruptos y sin los vapores del chinchón nublandole el entendimiento, a la abuela le dio por pensar y eso, con estos calores, solo puede llevar a poner su cerebro en ebullición. ¿Y quién paga las consecuencias? Pascualita, que para eso es sirena y no tiene nada mejor que hacer.

También está Pepe pero tiene menos mérito porque, al ser una cabeza cortada, lo mismo no oye. En cambio Pascualita aguanta sus monólogos alternándolos con zambullidas en su pila bautismal. Pero me he dado cuenta de que es una pillina, ya que dependiendo de la duración del rollo macabeo que le esté soltando la abuela, cada vez se toma más tiempo para salir a flote ¡No sabe nada el monstruito!

- "El ex President no entra en la cárcel porque tiene buenos padrinos... Y una de dos, o le deben muchos favores, o el ex President tiene mucho dinero ahorrado porque no creo que su abogado trabaje por amor al arte, que los pijos tiene mucho gasto. Visten bien, van a buenos restaurante y cocktelerías, tienen buenos coches y, seguramente pagarán a un logopeda para que les enseñe ese modo de hablar tan característico que tienen todos, empezando por el ¡Ossssssseaa!... ¿No te habías dado cuenta? Pues, hija, en cuanto abrió la boca me dije ¡Un pijo!... ¿No tenéis en el fondo del mar?... E Presi tendrá un cerdito donde guardar las sisas de la compra, aunque será más grande que el mío. Pero fíjate, en un año conseguí ahorrar 130 euros ¡Oye, buenos son!... aunque a él eso no creo que le solvente nada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Otra vez un tren! (Pascualita se lanzó de cabeza al agua y salpicó a la vecina que, como siempre, no supo donde estaba el misterio) - ""¿Qué pasa con el tren?"

Sentadas frente al televisor, impotentes e impactadas por la tragedia que, una y otra vez, machaconamente, se repetía en la pantalla mientras las cifras de muertos iban aumentando poco a poco, bebíamos chinchón sin poder contener las lágrimas. Otra vez los trenes. Otra vez el horror.


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