viernes, 23 de agosto de 2013

Llevo dos días sin saber nada de la abuela. No estoy preocupada por ella y menos por la Cotilla o por la Momia, sino por la reacción que pueda tener Andresito cuando llegue y no las encuentre.

Ahora debe estar volando hacia aquí... ¿Y qué le digo cuando pregunte por su madre y su novia?... ¿Qué se fueron de picos pardos y aún no han regresado?... No puedo hacer esto. A mi me gusta mucho la Torre del Paseo Marítimo... ¡Que poco seso tiene la abuela! Ni siquiera se acuerda de Pascualita. Y yo ya no sé que más decirle. Le he contado hasta la Historia de España porque está acostumbrada a que le hablen mucho y se pone frenética si hay silencio. A Pepe debe dolerle la cabeza, o sea, todo él, pero como no rechista... ¡Es un santo, el pobre!

He llamado al Funeral pero hasta que no llegue Conchi, que es la única que puede saber dónde fueron, no me pueden informar... He llegado a pensar que las ha secuestrado un clan de trata de blancas pero el sentido común me ha dicho que no. Por si acaso me falla, he llamado al Municipal pero solo le he preguntado si creía posible que secuestraran a la abuela y a la Cotilla. Ha suspirado y me ha soltado un sonoro ¡¡¡Nooooo!!! antes de colgar de golpe.

Para tranquilizarme porque, entre otras cosas, estoy viendo que tendré que comer otra vez de bocadillos, me he sentado a ver la tele con una copita de chinchón on the rocs en una mano y Pascualita en la otra. Para no tener que molestarme en darle el licor gota a gota, le he enseñado a aspirar a través de una cañita ¡Y vaya si ha aprendido!

Estábamos medio amodorradas cuando ha salido la abuela en la pantalla y me he espabilado de golpe, la sirena no.La abuela llevaba una corona espectacular, un vestido minifaldero lleno de flores superpuestas y una banda en la que se leía "Miss retrógrada años 60". ¿Ha ganado un concurso de mises? Luego han enfocado a sus acompañantes y ahí estaban la Momia, feliz por el éxito de su "nuera" y la Cotilla con una cara verde de envidia que no podía disimular.

Llamaron a la puerta ¡era Andresito! Apagué la tele, metí a Pascualita en la pila y se fue al fondo como un fardo. - ¡Andresito! ¿qué tal el viaje? ¿Te sienta bien el traje? - Naturalmente, me lo cose el sastre del Príncipe de Gales... ¿Está tu abuela? - Pueeeeeeeeeeees... no. No preguntes porque creo que quiere darte una sorpresa ¡Huy! ya estoy hablando demasiado jejejejejeje... ¿No quieres pasar? - No. Voy a ver cómo está mi madre. La pobre es tan mayor que ya solo disfruta viéndome. - Hale. Pues tanta gloria lleves, como descanso dejes... - ¿Decías algo? - ¡Noooooooooooo! cosas mías... ¿Un besito?... ¡Muac! - (¡Pardillo!) pensé, mientras le veía, cruzar lentamente la acera, desde el balcón

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