miércoles, 2 de octubre de 2013

La abuela ha salido hecha un pincel de casa. Pantalón pirata, camiseta de tirantes, abarcas, sombrero de paja con una cinta verde donde pone !CRIDA! y una mochila a la espalda con toalla, cremas contra el sol, bocadillo, agua, un libro, un transistor y en la mano, una sombrilla plegada. - ¿Te vas al fin del mundo? - "Me voy a la playa, boba de Coria" - ¡Si estamos en otoño! ¿no has visto cómo caen las hojas? - "Lo que he visto es que he tenido que quitar el edredón de mi cama. ¡Que calor!"

Me he quedado muerta de envidia pero ¿alguien tiene que trabajar para levantar el País, no? ¡¿Por qué tengo que ser yo?!... Llamaré al trabajo fingiendo la voz y diré que estoy enferma jejejejeje... ¡Maldita sea. Me han reconocido! Si no estoy allí en cinco minutos, darán mi puesto a otra. Y la cola del paro es laaaaaaarga e inhóspita, me han dicho ¡Jopé!

He pasado a ver a Pascualita ¡y no estaba! Dichosa abuela. Se la ha llevado a la playa y lo más normal es que la pierda... ¡Vaya, por Dios! Ni siquiera he podido despedirme de la sirena... ¡Aaaaaayyyy, que mañana llevo!

Al volver a casa olía a gloria - ¡Estofado de albóndigas! ¿verdad, abuela? - "No. Lomo al horno. Que taruga eres, hija" - Debe fallarme el olfato, cada vez acierto menos, en cambio la Cotilla no falla. - ¿Qué ha pasado con Pascualita? - "¿Qué ha pasado?" - Yo he preguntado primero. - "Pero como no sé de qué hablas..." - ¿La has perdido en la playa? - "No me la he llevado porque el bote que usa ahora es muy pesado para mí" - ¿Se notan los años, eh? - "Pues empiezas pronto" - ¡Digo los tuyos! - "A los míos los dejas en paz... Bueno ¿dónde está?"

Si ninguna de las dos la tenía y no estaba en su milenaria pila bautismal ¿dónde estaba Pascualita? Ambas miramos a Pepe, muy serias. Pero él ha seguido con su mutismo de siempre. A veces me saca de quicio tanta prudencia. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Hummm... lomo al horno!... ¿qué buscáis? - "Estooooooo... ejem..." - ¡Se me ha caído una lentilla! - Tu abuela chochea más cada día... ¿Desde cuando llevas lentillas? - ¡Uf! hace la tira de años. - No me había enterado - ¡Ya es raro!

Durante la comida la abuela no estuvo especialmente amable con la Cotilla, pero la sangre no llegó al río. Después pasamos a la salita a tomar el café. La vecina estaba de lo más dicharachera mientras nosotras, preocupadas por Pascualita, a penas la escuchábamos - ¡Niña ¿y el azúcar? - ¡Eh!... en la cocina. Vaya usted a buscarlo. - ¿Yoooooooooo? ¿Encima que vengo a comer quieres que trabaje? - Pero no le quedó otra porque la abuela y yo no nos movimos. - ¡Haz favores para esto! - De la cocina nos llegó un grito espeluznante - ¡¡¡Pascualita!!! - pensamos.

La Cotilla gritaba, el azúcar estaba derramado sobre la mesa y algo parecido a un pequeño balón de rubby, blanco, intentaba reptar sin conseguirlo después de haberse pasado la mañana encerrada en el azucarero y comerse la mitad del azúcar. - ¡¡¡Es él. Y más feo que cuando vivíaaaaaaa!!! - ¿Quién? - ¡¡¡Tu puñetero abuelitooooooo!!!


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