domingo, 20 de octubre de 2013

La paella estaba casi lista cuando hemos oído el grito de guerra de la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Paella! el olfato no me ha engañado. - "¿Lo has olido en la escalera?" - No , desde casa y no me he podido resistir a bajar. - Que poca resistencia tiene usted. Siempre cae en la tentación. - Ya ves, hija, la carne es débil... - ¡Y su cara muy dura! Ya podría traer algo para picar. - ¿Un martillo, por ejemplo?

- Mientras estaba en casa de... bueno, de quién sea. - "¿De quién? No me dejes a medias" - Pero si no tiene importancia... - "Claro que la tiene. Dímelo... Cotillaaaaaaaaa, que no vas a probar el arroooooooz" - ¡Chantajista! En casa de los señores de Durán. - ¿Quiénes son? - Pues gente que hace caridades... He ido a que me den ropa usada. Todas las temporadas voy a recogerla porque cuando cambian las estaciones, esa señora vacía el armario para volver a llenarlo de prendas nuevas. - "¿Hace mucho que vas?" - Sí... Unos diez años, más o menos. Tiene muy buena ropa esta mujer. - Pues a usted no le luce. Siempre va con las mismas fachas. - ¡Porque la vendo! que cada vez me cuesta más llegar a fin de mes. A lo que iba. Estaba en esa casa, dando una vuelta por la salita de estar, he visto a los Señoritos blancos de Pau en la pantalla de un ordenado - "¡No me digas! ¿Qué hacían allí?" - ¿Has oído hablar de Kendal? - "Pues... no me suena. ¿Quién es?" - Una ciudad inglesa. Allí está ahora Pau con sus famosos perros, Atlas y Axis y sus Señoritos blancos y una tienda se ha apresurado a pegarlos en su escaparate. Son una monada.- "Esto se merece un brindis" - ¡O dos!

 Por una vez estuve de acuerdo con la Cotilla... pero algo me tenía preocupada... - ¡Ah, sí! ¿Qué hacía usted paseándose por la salita de estar de esa gente? - ¿Qué va a ser? Ver si había algo de utilidad... Es que a tu nieta hay que dárselo todo mascado ¡Que cruz tienes con ella!
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