lunes, 9 de diciembre de 2013

Estábamos comiendo cuando a la abuela se le ha caído la cuchara de la mano y ha habido lentejas por todo. Tenía los ojos como platos y la boca tan abierta que parecía el túnel del Ave. La Cotilla gritó: - ¡Le ha dado un aire a tu abuela! Ya puedes despedirte de la Torre del Paseo Marítimo. - Espero que no me haga esta faena, con la ilusión que me hace. ¡Abuela, abuelaaaaaaaa. Espabila, mujer! - Afortunadamente todo quedó en un susto y la Torre vuelve a estar a mi alcance.

- ¿Qué te ha pasado? - Unos lagrimones enormes rodaron por sus mejillas y yo, precavidamente, me puse las gafas de sol. - No he visto persona más inútil que tu nieta. En lugar de llamar al médico, se pone las gafas ¡si aquí no hace sol, boba de Coria! - "¡Voy a perder mi independencia! ¡Voy a estar atada a un hombre! ¡Pero cómo he podido ser tan tonta!" - ¿De qué hablas? - "¡No puedo casarme! ¡Quiero ser libre como un pájaro!" - En mi imaginación, la Torre se alejaba de mí - ¡Claro que te casarás, abuela! Estás pasando la crisis de dudas que ataca a todas las novias... Además, quién tienen que estar asustado es Andresito porque será él quien pierda la libertad, la independencia y la tranquilidad, pobrecillo.

- "No quieras convencerme. Tengo que huir de aquí. Debo pensar bien lo voy, o no, a hacer" - La abuela acababa de caerse del guindo (que no del Ministro de Guindos, eso no se lo perdonaría mi futuro abuelito y menos antes de estar casados) - ¿A dónde vas a ir? - "¡A Ciudadela!" - Abuela, decidas los que decidas, yo estaré a tu lado pero... procura decidirte a favor de la Torre.

- Si vas a Ciudadela, vendré contigo (se apresuró a decir la Cotilla) Allí todas las iglesias están "sin limpiar" - Tengo que ir sola. Debo pensar el paso que voy a dar... ¡Ay, Dios mío, que miedo me ha entrado!" - ¿Por qué? los hay más feos que Andresito... ¿De verdad te irás? ... ¿Y quién me hará la comida?... - Vente conmigo al comedor social. Prefiero eso a que me envenenes.

Mientras tomábamos el café, la Cotilla nos hizo brindar repetidas veces por el viaje de la abuela - ¿Pero te irás sola, sola? - "Bueno... he pensado en llevarme algo que quiero mucho" - Ah, pillina. Seguro que te vas con ese Pascual misterioso. - ¡Ni hablar! (dije yo sin pensar) - ¡Deja a tu abuela que eche una cana al aire antes de perder su libertad jajajajajajaja - La abuela y yo nos miramos fijamente. Y vi en sus ojos que, dijera yo lo que dijera, se llevaría a Pascualita. Y tratando de disimular, dije - ¿Así que te llevas a Pepe, verdad? - "Verdad" - ¿Esoooooooooo tan feoooooooo? Bueno, hija. Si te sirve para pensar... allá tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario