jueves, 9 de enero de 2014

- ¿Ha visto la noticia? (le pregunté a la Cotilla cuando desayunábamos) - ¿La de la ola? Es un chiste - ¡Que no. Que es verdad! - Eres una ingenua y te lo crees todo, boba de Coria ¿No te das cuenta que hay que ser más tonto que el que asó la manteca para hacer esto? (mientras hablaba, la vecina arrimó a Pepe junto a su vaso de café con leche) - Son cosas que pasan, mujer... Deje a Pepe que está muy tranquilito. - ¡Como para no estarlo con el tiempo que lleva separado de su cuerpo!...

A la hora de la comida abrimos unas cuantas latas de mejillones en escabeche, otra de fabada asturiana y una bolsa de ensalada y mientras dábamos buena cuenta de todo ello, la Cotilla volvió a sacar el tema. - ¿En serio crees que es verdad? - ¡Absolutamente! Esas personas quisieron honrar a su difunto pariente tirando al mar sus cenizas y se encontraron con un temporal espectacular. Las olas se levantaban, gigantescas, sobre los acantilados y ellos siguieron, erre que erre, como si no hubiese más días para hacerlo. - Es que cuando a uno se le mete algo en la cabeza, ya lo puedes matar. - ¡Exacto! Y eso es lo que hizo el mar. Mató a tres. - ¿Te parece que encendamos unas velas por los cabezones?... ¿Y otras a la Infanta, a Bárcenas, a...? - ¡A los corruptos, ni agua!

Tomando unas copitas de chinchón oímos comentar algo en la tele sobre el Triángulo de las Bermudas - ¡¡¡Calle, calle!!! A ver si dicen algo de los abuelitos. - Solo he oído que han desaparecido... - Sí, pero ¿quién? ¿el barco, como me pareció entender ayer? ¡Suba la voz, por favor! - ¡¡¡Que han desaparecidooooo!!! - ¡Han dicho no sé qué de calzoncillos! - Pusimos la radio para ver si nos aclarábamos:  Un nuevo caso de desapariciones en el famoso Triángulo. Han desaparecido todos los calzoncillos de un señor muy mayor que está en viaje de Bodas. Nadie se explica el fenómeno. Hasta ahora habían desaparecido barcos y aviones pero ¿calzoncillos?... El hombre lleva una mano vendada hasta el codo y mira constantemente tras de sí con expresión de angustia. Su esposa no se separa de un termo que tiene pinta de ser de los chinos. Al preguntarle a él el motivo de su lesión dijo que le había mordido una gamba gorda, por lo que dedujimos que llevaba una tajada como un piano jajajajaja... ¡Le ha atacado una gamba con dientes! jajajajajajajajajajaja ¡Que cachondo es el hombre! y eso que tiene el brazo hinchado como el de Popeye jajajajajaja... Nos fijaremos sí... jajajajaja ... ¡come espinacaaaaaaaaaaaaaas! jajajajajajaja ¡Aaaaaaaayyyyyyyyyyyy! Discúlpennos, queridos oyentes  pero es que me imagino a la gamba dando bocados y se me saltan las lágrimas de risaaaaaaaaaaaaa jajajajajajajaja...

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