martes, 28 de enero de 2014

Iba a salir de casa camino de cuantos pasos de cebra encontrara a mi paso para darle a mi ego un homenaje. Hace tiempo que nadie me dice un piropo y ya lo voy necesitando. Así que me planto en la acera y cuando veo que se acerca un coche con prisas, saco mi pie del bordillo y echo a andar sobre las rayas blancas del suelo. Y lo hago despacio, recreándome, como si estuviera desfilando para Christian Dior. En un momento son varios los coches parados y, no siempre, pero a veces el truco funciona y oigo gritar al más nervioso: - ¡Anda, hija, que eres más lenta que un desfile de cojos! Los hay que me dicen cosas más fuertes, insultándome. Pero yo le doy la vuelta a la tortilla y me hago a la idea de que son requiebros galantes... Sí, ya sé que es triste pero es que, de amores, estoy a dos velas.

En cuanto abrí la puerta de la calle me embistió la abuela que llegaba alborotada y gritando - "¡¡¡Nos van a bombardear si no lo impedimos. Nos van a bombardear!!! - Fui tras ella hasta la cocina. Sacó a Pacualita del termo de los chinos y la dejó en la mesa junto con unos paquetes. La sirena se acercó reptando a su amigo Pepe y se entretuvo mordisqueándolo.- ¡Abuela, se lo va a comer!

Solo entonces reparó en mi - "¡Ah! ¿estás aquí?" - ¿Quién pensabas que era? - "¡Yo qué se, es que estoy de los nervios!... Vengo de hablar con Mateo" - ¿Mateo? - El alcalde. Y de camino hacia aquí he comprado unos cascos de abañil. Ten, este es para ti... A Pepe no le hace falta, total ya no es de este mundo y a Pascualita le pondré una olla de aluminio, de juguete" - ¿Vamos de disfraces? - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa!!! ¿Has venido a guisar? (preguntó la Cotilla a su amiga) - "No. Soy una visita" - Pues estamos buenas.

- "¡Nos quieren prospeccionar!" - ¿Es grave? - "Gravísimo" - Pues me vacunaré. - "No hay vacuna que valga cuando la avaricia anda por medio... a no ser que sea la vacuna la que dé dinero" - ¿Tu abuela ya ha bebido? porque no la entiendo.

Nos puso al corriente de que unas gentes del petróleo piensan que pueden encontrarlo en el mar que nos rodea. - ¡Pero si aquí no hay! - "¿Ya lo sabes tú?" - Pues... ¡yo que sé! - "Quieren disparar  cañonazos de aire comprimido de más de 200 decibelios, cada pocos segundos durante cinco meses. ¡Hasta los mejillones se quedarían sordos!" - No sabía que tuvieran orejas (dije asombrada) - "Se lo pregunté a "quién ya sabes" y no me dijo ni que sí ni que no (contestó en plan confidencia, la abuela)" - ¿Ya estáis con secretitos? ¡Se que habláis de Pascual. No me engañáis!

- ¿Y el casco para qué es, abuela? - "Por si hay terremotos a causa de esos disparos" - ¡Ay, no me digas! ¿Y el mío? - "Tu tienes la cabeza dura, Cotilla... Y por si hay un maremoto he comprado una zódiac" - Puedes devolverlo todo porque aquí vivimos del turismo... - "Ya ¿pero tu sabes lo que les gustan los euros a los Pinochos?"

Tuve que cocinar yo y como hace frío puse a calentar un litro de agua y le eché cuatro avecrenes para hacer una sopa. Luego intenté hacer una tortilla española que se quedó en huevos revueltos. No les gustó la comida a las dos misses y les dije que las quejas se las dieran al maestro armero ¡Encima!















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