sábado, 25 de enero de 2014

Tengo los ojos como platos por la visión que he tenido esta mañana. Han venido la abuela, la Momia y Andresito y les he oído discutir desde que se han bajado del coche.

A pesar de que no se ponga guisar, me alegro de que venga la abuela porque trae a Pascualita. Hoy me ha costado ver el termo de los chinos entre tanta protuberancia pectoral. Era como si estuviera en un valle profundo entre dos enormes montañas. También la Momia venía "cargada de pecho", tanto que el cuerpo se le iba hacia adelante. - ¿No sabía que un operación de aumento de pecho os permitiera salir a la calle, tan panchas, a las pocas horas? - "¿Ah, sí? Pues mejor" - Yo también lo prefiero (comentó mi bisabuelastra) así saldré a ligar cuanto antes, no sea cosa que se me pase el arroz. - Me quedé a cuadros.

-¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Virgen del amor hermoso!!! ¿Ya está? Después de comer iré a esa clínica a que me inflen un poco. ¿Cómo se llama? - "Nosotras hemos ido a una frutería" - ¿De los chinos? A saber lo que os han metido ahí. - "De China, no. De postín" - Miré al abuelito - ¿De qué estamos hablando? (dije) - ¡Y yo qué sé! Están locas de atar... ¿Qué dirán nuestras amistades cuando las vean así? Sobre todo a mi madre. - Pues que un ¡Ole por ellas! Solo se vive una vez y si puedes pagartles el capricho... Por cierto, ¿por cuanto han salido las operaciones? - ¡Ni lo sé ni me importa! Yo no las pagaré. - Abuela ¿las vais a pagarla a plazos? - "¿El qué?" - Lo que os han echo. - "Está pagado. No ha llegado a 15 euros"

- ¡Con lo que he sacado esta mañana de los cepillos de las iglesias me basta! ¿Dónde hay que firmar? - "Ha sido más caro porque, como os he dicho, la frutería es de las buenas pero, si vais al mercado os saldrá más a cuenta. (mientras hablaba, la abuela me pasó disimuladamente a Pascualita) Hemos comprado cuatro meloncitos redondos, de unos 600 gramos cada uno, dos para cada y he aquí el resultado (y se señaló la pechera) Bonito ¿eh? Así nos hacemos a la idea de como quedaremos después de la operación" - Yo me pondré menos gramos porque me voy a caer de boca...(dijo la Momia) - "En cambio yo estoy encantada porque he visto miradas lascivas en algunos hombres de la calle"  

Andresito se moría de celos - ¿No serían cortos de vista y por eso miraban raro? - La Cotilla, siempre dispuesta a hacer la pelota al más rico, terció - Cuidado con tu mujer que no sabes cómo se las gasta. ¿A qué nunca te ha dicho que te quiere por tu dinero? Ves, es más falsa que un duro sevillano. En cambio yo te lo digo desde ahora por si te divorcias ¡Andresito, quiero tu dinero! y aquí estoy para lo que quieras mandar ¡Lo que sea! - Estaban todos tan crispados que no vieron cuando metí (vengativa) a Pascualita en el escote de la vecina y apreté al bicho para que se enfadara. Al fin y al cabo, era el único que no lo estaba.

Ahora la Cotilla tiene un busto que no se lo merece. Hinchado a tope. Una borrachera como un piano y duerme a pierna suelta en el sofá. El abuelito está temeroso desde que la abuela le ha explicado que el autor del ataque furioso a la vecina, ha sido mi primer abuelito - ¿Por qué? - "Elemental. Está tan celoso que ha embestido como un cabestro sin darse cuenta de que se equivocaba de mujer" - Pues... que pena ¿no? Me hubiese ahorrado una pasta. - La mirada asesina que le dedicó la abuela helaba la sangre.








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