lunes, 24 de febrero de 2014

Cuando me he despertado era tan temprano que aún no habían puesto las calles. Y esta vez no fue la Cotilla quien me despertó sino que lo hice A CAUSA de ella. Estuve dando vueltas por casa hasta que se me cansaron las piernas ¿A dónde iba a ir a esas horas?... Solo había una persona... bueno, un trozo de persona, que me escucharía el tiempo que hiciera falta: Pepe. Así que me senté en la cocina, con la cabeza del jivarizado entre las manos - No hay derecho a lo que me está haciendo la abuela. ¡Soy sangre de su sangre! Sin embargo a quién le pone habitación en la Torre del Paseo Marítimo es al bicho de la Cotilla. ¿Acaso es más importante ser amiga que parienta?... Qué me respondes... ¡Di algo! ¡Menuda ayuda tengo contigo!

Pepe no quiere comprometerse y no toma partido por nadie. Lo sé, aunque a veces me pregunto si estará buscando algo, por ejemplo que se lo lleve a vivir con ella. Allí está Pascualita y debe echarla de menos... ¡Jopé, estoy como una cabra! ¿Cómo puede echar de menos a alguien un llavero, por feo que sea?

A las siete de la mañana he ido a casa de la abuela. Tenía hambre y allí se desayuna muy bien. Al llegar me he tirado un buen rato llamando a la puerta hasta que, por fin, he oído que alguien arrastraba unas chanclas. Era el abuelito que, somnoliento, preguntó quién era. - ¿Y Geoooooorge? - le pregunté. - Está a sus cosas... ¿Y tú? - Me puse a llorar como una Magdalena - ¡Quiero tener un cuarto en esta casaaaaaaaaaa! - Eso lo hablas con tu abuela que yo ya no mando aquí.

Fui a ver a Pascualita. Dormía sobre las algas del fondo de aquel larguísimo tubo de cristal. Entré en la cocina y me hice un café. Poco después entró la abuela envuelta en un aparatoso salto de cama lleno de plumas de marabú y brillos tornasolados - ¡Menuda aparición! (exclamé impactada) - "¿Para qué quieres una habitación aquí? ¿No tienes casa?" - ¡La Cotilla también! - "Pero no tiene luz, ni calefacción" - ¡Y yo no tengo quién me guise! -

Llegó Geoooooooorge con el pan y las pastas del desayuno. - ¿De dónde viene éste? ¿De cortejar con su Miss Universo? - "De guisar" - ¿A éstas horas? Menuda milonga. - "En un comedor social, boba de Coria" - ¿Ese? ¿Con lo fino que es? - "Hay hambre en España y hay que ayudar" - Pero él es inglés...

Quedé boquiabierta cuando entraron en la cocina Blas el parado y su mujer. Todos nos sentamos a desayunar cuando la abuela, que había salido, volvió con Pascualita en plan broche de su salto de cama. Blas me dijo que  vivían en la Torre porque el banco les quitó la casa. Menos mal que sus numerosos hijos estaban repartidos por el extranjero y se apañaban con trabajos y las becas que aún les llegaban, aunque no a todos. - "Y mañana, en el Estado de la Comunidad, oiremos decir a los Pinochos que aquí todo va muy bien" - ¿Qué me importa como vaya la Comunidad? Lo que se me gravó a fuego fue lo que dijo Blas, maldita sea, por eso grité - ¡¿También tenéis un cuarto aquí?! ¿Y yo por qué no? - Todos me miraron con pena y gritaron mi "pecado" - ¡¡¡Porque no tienes un bisnietooooooooo, boba de Coria!!!  

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