lunes, 10 de marzo de 2014

Hay palabras que gustan y otras que asustan. Algunas que has oído repetidas veces, de pronto desaparecen y te olvidas de ellas hasta que, muchos años después, la oyes y toda una carga de sentimientos te cae encima... Sí, ya sé que estoy rara pero qué queréis que haga a las seis de la mañana si no puedo dormir, pues filosofar.

Pascualita duerme a cola suelta sobre las algas de la pecera que he trasladado a mi mesita de noche para no sentirme tan sola. Y el visón, a quién también parece que no le gusta la soledad nocturna, en algún momento se subió a la cama y está enroscado a mis pies... Falta Pepe-Crisogon. Lo sé pero desde que una noche me lo llevé a mi cuarto, lo puse junto a la lamparilla y de madrugada la encendí sin acordarme del jivarizado, fue tan aterradora la vista de su cara entre sombras que decidí dejarla donde estaba: en la cocina.

- "¡Hola!" - La abuela apareció por sorpresa y por poco me da un infarto. Luego aproveché para pedirle que se lleve a Pepe-Crisogono a su casa, al fin y al cabo lo trajo ella. Y Geoooooorge le agradecerá la cercanía con su "pariente" - "¡Ni hablar! Esta es su casa. ¿Quieres desarraigarlo después de la vida arrastrada que ha llevado?" - ¿Qué sabes tú cómo vivió? ¿Tal ve fue el rey de la tribu, murió de muerte natural y entonces fue cuando le redujeron la cabeza porque era una tradición? - "No te pongas estupendas que he dicho no y es que no... además. Andresito no lo quiere allí" - ¿Por qué? - "Le recuerda a un tío abuelo suyo que se fue de misionero a Papúa Nueva Guinea y acabaron sabiendo que lo habían apresado los jívaros" - ¡No fastidies! Este Pepe-Crisogno acabará siendo el hombre de las Mil caras... - "O mujer"

- A propósito, ha sido el Día de la mujer trabajadora y no me has regalado nada. - "Ni tú a mí" - Tu no trabajas y encima te lo hacen todo en casa. - "Pero aguanto a Andresito" - Y bien que se lo cobras - "¡¿Pero, vamos a ver, tú de parte de quién estás?! Tu abuela soy yo y mi marido un abuelo arrejuntao"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Queda café? Pónme una taza, niña... y unas galletas... y un vaso de agua... y una copita de chinchón... y... - ¡Ya vale! ¡Otra trabajadora! - ¡No lo sabes tú bien! Ya vengo de limpiar unos cuantos cepillos y solo son las ocho de la mañana. - "Mi nieta quiere que le haga un regalo, Cotilla" - Pues ya sabes que jajajajajaja - "¡Sí! Un ruiseñor con las patas verdes!" jajajajajajaja

Se me pusieron los pelos de punta. ¡Que miedo me daba cuando, de pequeña, la abuela me decía que los Reyes Magos me traerían eso: un ruiseñor con las patas verdes! Que jodía es la memoria cuando quiere divertirse a nuestra costa.



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