miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Pero es que este tío no se equivoca nunca? ¡Dichoso fraile Paco y sus predicciones meteorológicas! Tengo por costumbre  mirarlo cada mañana para saber qué tiempo hará, porque falla menos que el de la tele. Esta mañana apuntaba a Húmedo ¡Y húmeda estoy ahora que me ha caído un buen chaparrón! ¿La culpa es mía por no haberle echo caso y salir a la calle sin paraguas? ¡Naturalmente que no! La culpa es suya por dejarnos sin el tiempo tan bonito que hacía.

Pascualita, al verme mojada como un pollo ha hecho la señal de OK. - ¡No te enteras de nada, boba de Coria! - le grité enfadada. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿No me digas que te enfadas contigo misma? ¡Esto tiene que saberlo tu abuela! jajajajajajaja ¡Eres más tonta cada día que pasa!... Por cierto, vendrá la policía  a hacerte un registro. - ¿A mí? - Ya te gustaría que te registraran a ti, guapa. Dicen que tienes una pila bautismal del siglo XII... Prepárate porque Bedulio tiene ganas de apretarte las clavijas... ¿Qué le has echo? - Pero si ya vinieron otra vez y no encontraron nada... ¿Usted le ha dicho algo? -¿Yooooooooooooo? Me he limitado a  decir que seguro que sí.

Llamaron, enérgicamente, a la puerta. El Municipal, junto con un compañero, me apartaron a un lado y entraron como Pedro por su casa en busca que el tesoro románico. A punto estuve de pronunciar su nombre pero puso un dedo en mis labios, sellándolos. Sus ojos eran frios como los de un pez... ¡ Pascualita! ¡No podían verla o me la quitarían! Me adelanté a ellos, cogí a la sirena y la guardé en mis sostén ¡Estaba helada y me dio repelús! - ¿Qué escondes ahí?- ¡Una pila bautismal, no te fastidia!

Se pasaron media mañana poniendo la casa patas arriba, pila bautismal incluida aunque para eso tuvieron que quitar las macetas que había dentro y la fregona que metí para despistar - ¿Qué hace esto aquí? - Cuando llegasteis recogía el agua que han soltado las macetas después de regarlas... - ¡Eso es mentira! (dijo la Cotilla) - Las miradas de los policías echaban chispas. - Espero que no dejaréis todo manga por hombro. - Eso ya no es cosa nuestra (se atrevió a decirme el Municipal en tono superior y entonces le ataqué) - ¡Bedulio, no me fastidies! - Al compañero se le llenaron los ojos de lágrimas y mientras su cuerpo se agitó. consiguió decir - Entonces... es ver... verdad Jajajajajajajaja ¡¡¡Bedulioooooooooooo!!! - Un poco más y terminan a tortas.

La Cotilla se impacientaba ¿Encontráis la pila esa o no? ¡Vaya panda de inútiles estáis echos! - E inició la búsqueda por su cuenta. Cinco minutos después, gritó, eufórica - ¡¡¡Está aquí!!! - Estaba en la terraza señalando triunfante la pila de lavar que tenía clausurada desde hacía años y tapada con una tabla y una tela. Los dos hombres la miraron incrédulos - No creo que sea eso. - Ni yo. - ¡Anda que no! Lo que pasa es que os he dado sopas con honda y os cuesta admitirlo. ¡Es ésto, os lo digo yo. Ya  podéis detenerla. - Lo que hicieron fue largarse dejándome el trabajo de recoger. La Cotilla trinaba - ¡¡¡Hombres!!! - Entonces le grité - ¡Tenga, un regalo de mi abuelito! y le tiré a Pascualita a los ojos. Ahora apenas se le ven a causa de la hinchazón. Ha sido divertido verla correr estampándose contra las paredes

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