domingo, 6 de abril de 2014

He pagado la paella que ha hecho la abuela pero apenas la he probado. Y todo por culpa del bocazas del Municipal... o de la Cotilla. Aunque ella se ha comido tres platos de arroz.

Después de venir a desayunar a costa mía como hace casi todos los domingos, la vecina se ha ido deprisa a la Catedral a limpiar los cepillos. - ¿No ha oído decir que trabajar en domingo es pecado mortal? - ¡Ay, boba de Coria! Lo que es pecado mortal es no poder llegar a fin de mes y tener que apañártelas como puedas. - ¿Seguro?... no recuerdo que diga eso el catecismo...

Una vez sola, he metido a Pascualita en un barreño con agua de mar y con Pepe-Crisogono hemos ido a la terraza a tomar el sol de abril que pica como si fuese verano. Ni siquiera he leído dos páginas del Hola porque me he quedado frita.

Me ha despertado un furibundo aleteo acompañado de gritos estridentes. Al principio no veía nada porque el sol me cegaba, luego he sentido bullir la sangre en la cabeza y palpitaciones en las sienes ¿He cogido una insolación en mi casa? ... pues no diría yo que no. Ante mí se desarrollaba una pelea a muerte entre la sirena y una gaviota ladrona que quería llevarse a Pepe. Pascualita había saltado en su defensa, mordiéndole un ala y de allí pasó a otros puntos de su anatomía, siempre lejos del pico y usando sus dientes de tiburón. El pájaro sangraba como un toro de lidia y gritaba, saltaba loco de dolor. Cuando, por fin, logré ahuyentarla,  me preparé para ir a casa de la abuela.

Una ducha y dos aspirinas me espabilaron. Pero al salir de casa me encontré con el Municipal que me esperaba. Bedulio estaba preocupado por si a la abuela le había dado por hablar mal de él - ¡Naturalmente que no! (le dije, muy segura) - Es por lo que dije ayer... - Me costó recordar a qué se refería hasta que dí con la "tecla" - ¡Ah! ¡¿por aquello de que te meas en la cama?! (grité en plena calle) - ¡¡¡CALLA!!! Pronto lo sabrá todo el barrio... Ya me ha comentado la panadera, que tiene muy mala leche, qué si uso dodotis para dormir... Estoy seguro que ha sido la Cotilla quién se lo ha contado. - A partir de aquí, Bedulio se ha puesto a llorar y a darme explicaciones. Total, que he llegado tarde a la paella.

- ¿No queda nada? - "Pensé que ya no vendrías y le he dado un plato al perro de la vecina... Rasca la paellera, a ver si sacas algo. - "Algo" sí que saqué: tres cucharadas de arroz sabrosísimas. ¡Monté en cólera! - "La culpa es tuya. Haberme avisado que pensabas pelar la pava con el Municipal... (la abuela hablaba con guasa? ... Dime una cosa ¿se mea en la cama?" - ¡Y yo que sé! ¡Quiero paella! - "Toma chinchón y calla"

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