viernes, 4 de abril de 2014

La Cotilla ha vuelto a su casa y la normalidad se ha instalado de nuevo entre nosotras. Pensé que tendría un día tranquilo y eso que me dijo la abuela que el pensar no era lo mio y aunque, íntimamente lo reconozco, sigo haciéndolo y fracasando estrepitosamente.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! - El "grito de Tarzán" me ha asustado. - ¿Me has traído una ensaimada? - ¿Cree que todo el monte es orégano? Hasta el domingo no toca. - Como sé lo tacaña que eres, me he pasado por un almacén que reparte comida a colegios, hoteles y hospitales y he cogido unos paquetes de magdalenas... Están un poco caducados pero si el Ministro se lo come, yo no voy a ser menos.
 
Con disimulo, tiré un trocito de magdalena a la pila bautismal y Pascualita lo lanzó lejos... Volví a tirarle otro trozo e hizo lo mismo. ¡Vaya, la sirena tiene ganas de jugar! (me dije) y le tiré otro trocito. Esta vez no lo rechazó sino que me tiró un chorrito de agua envenenada. Suerte que lo evité agachándome y le dio a la Cotilla en el cogote. - ¡Me ha caído agua! - Hay goteras.- ¿En el primer piso? 

Mientras comíamos la sopa de sobre y las dos latas de fabada que abrí con mucho arte, en la tele dijeron que habían detenido a tres tipos, dueños de un almacén que distribuía comida requetecaducada. - ¡Es el almacén de las magdalenas! (gritó la Cotilla al verlo) ¡Que ilusión. A ver si me sacan a mi! - Con los pies por delante la van a sacar como siga yendo a esos sitios (¡Con razón Pascualita no se la ha comido! La abuela tiene razón: es más lista que yo, jopé)

La abuela ha venido a tomar café con nosotras. La ha traído Geoooooooorge en brazos porque tiene las piernas hinchadísimas. - "Aaaaaayyyyyyyy! con la ilusión que me hace bailar boleros ay, ay, ay...y mirad que me ha pasado" - ¿Te has caído? -"Son los zapatos. Para ir por la calle me van de maravilla pero para saltar al ritmo de la música, no me acabo de acostumbrar" - Lo mejor son las zapatillas de tela... - "No puedo ir con eso a la Ecuela de Baile. Tengo un status..." - ¡Sí, de mujer rica! Ya lo sabemos. ¿Qué llevabas entonces? - "Mis stilettos de punta fina y tacón de vértigo y ahora no puedo dar un paso... ay, ay..." - La Cotilla y yo teníamos el corazón en un puño ante tamaña tragedia y mientras nos servíamos el chinchón dije lo que ambas pensábamos - ¡Pobres ricos. Cómo sufren! 

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