jueves, 10 de abril de 2014

Ya estoy otra vez en casa. La estancia en la Torre del Paseo Marítimo ha sido más corta de lo esperado porque los abuelitos me han echado con cajas destempladas. Geoooooorge les dio a elegir: o él o yo... y aquí está el resultado. Han preferido al inglés y me siento discriminada... ¡como si yo no supiera hacer guisantes al dente! con abrir una lata ya está!

La única que ha sentido mi marcha ha sido mi bisabuelastra la Momia pero como, donde hay patrón no manda marinero, me fuí con la lagrimita puesta. Pascualita se ha venido conmigo. No le conviene el aire enrarecido de aquella casa, además echa de menos a su amigo Pepe-Crisogono. Lo sé... ¿qué cómo lo sé? ... Lo sé y basta.

Al verse de nuevo en su pila bautismal ha parecido revivir. Ya no tiene la piel tan verdosa. Empieza a coger su habitual tono gris cadavérico y el pelo-alga está algo más tieso. Pero siguen saliendo pequeñas nubecillas cuando abre la boca ¡Ahora parece un dragón con la llamarada a medio gas!

La que salió zumbando de casa de los abuelitos fue la Cotilla, murmurando entre dientes algo sobre los Juzgados. Algo pasó porque Blas el parado, vino a pedirme croquetas. - ¿Viene la Infanta? - No. - ¿El Duque empalmado? (¿Por qué tengo una horrible visión de Urdangarín, canijo y feo, cuando pronuncio esa palabra?) -  Hoy le tocaba hacer el paseíllo a Ana Torroja, (me confirmó Blas) - ¡Oh, no me digas esto! ¡Que triste! ¿Te imaginas que la enchiqueren? ¿Quién irá a Hawai o a Bombay en su lugar? Ya no se pondrá sombras aquí y allí porque estará, directamente, en la sombra... ¿Podrá seguir recriminándole a la Luna que quiera un niño de piel?... ¿Podremos recriminarle nosotros que no pagara al Fisco cuando hacienda somos todos?... Si tengo que contestar a todo esto acabaré con dolor de cabeza.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡He vendido todos los cigarrillos que hice con las colillas que recogí en El Funeral! Me los quitaban de las manos a las puertas del Juzgado... por lo visto no todo era tabaco.-  ¿Qué insinúa?(¡Oh, no. Otra pregunta!) - Estupefacientes. - Me santigüé tres veces seguidas - ¡¡¡Pero... pero... pero ¿por qué no me ha guardado un pitillo?!!! - ¿A qué querrías que te lo regalara? - ¡Claro! - Por eso lo he vendido, boba de Coria. Anda, pónme un chinchón.

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