viernes, 16 de mayo de 2014

Cuando a venido la abuela me ha encontrado haciendo limpieza general en la librería de la salita, que dicho sea de paso está atestada de libros falsos que ella compró hace años para que dieran el pego y hacer creer que le sale la erudición por las orejas. Con el paso del tiempo las cortinas que había puesto, a juego con los lomos, se gastaron, ahora hay otras que no tienen nada que ver. Además, hemos ido acumulando, a parte de polvo, otros libros, por ejemplo la biblia de los mormones que le regalaron a la abuela unos de esos jovencitos americanos, tan pulcros, que van en pareja a predicar y que ella intentó ligárse sin éxito. Y revistas. Muchas revistas de todos los pelajes. Hasta pornográficas he encontrado. Pero lo que me ha echo más ilusión ha sido descubrir mis antiguos Diarios.

- "¿Es un antojo que te pongas a limpiar una cosa que no se ha tocado desde hace veinte años?" - No exageres, abuela. Hace unos cuantos menos... ¡He encontrado mis Diarios! - "¡Ya ves tú! Ni que fuera el tesoro de Tutankamón... ¿A ver que dicen?" - ¡Oye, que son cosas particulares mías! - "Y si no llega a ser por los pescozones que te daba, no los hubieses escrito nunca"

Cogió uno al azar y antes de que empezara a leerlo entró la Cotilla. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Que vais a hacer con tanto papelote? Me lo puedo llevar para venderlo al peso. - ¡Son mis Diarios! - ¡Ya ves tú! - ¿Es que no tenéis sensibilidad ninguna de las dos? Son mis recuerdos de niña.-  ¿Y? - "Voy a leer algo, a ver si nos reímos que vengo un poco decaída" - ¿Por qué? - "He asistido a la plantación de un nogal en homenaje a tres maestros en el instituto José Mª Llompart. Una placa con sus nombres los recordará para siempre. Entre ellas está Sobella... (la abuela me miró) si uno de los bisnietos es niña se llamará como ella. No sé si el nombre hace a la persona o al revés pero, en este caso, le cuadraba. La emoción nos ha abrazado a todos los que estábamos allí"

La Cotilla ha ido a por el chinchón para que brindáramos en recuerdo de la maestra y mientras, la abuela se ha puesto a leer: - "Me he levantado, me he arreglado, he desayunado, me he ido al colegio, luego al patio, luego a comer, y luego al colegio, después he salido, he merendado, he bajado a la calle a jugar, he subido a casa, he cenado y me he ido a dormir... ¡Vaya, ibas directa a por el Premio Nobel de Literatura jajajajaja" - ¡Me estás tomando el pelo! Si siempre sacaba las mejores notas de redacción. - ¡Brindemos también por eso! jajajajajaja (la Cotilla no pierde ripio) - "¿Las mejores notas? ¡Cómo serían las otras! Léelo tú misma" - Era verdad. Se me ha caído el alma a los pies... ¿Quién era esa niña de la que yo estaba tan orgullosa? ¿Existió alguna vez? ¡Menudo trauma! - ¡Toma, ilusa! Brindemos... hip ... porque no has cambiado nada a pesar de estar embarazada. Eres tan... hip...  tonta como siempre. - "Hip... Amén, Cotilla jajajajaja"



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