martes, 17 de junio de 2014

La abuela ha mandado a Geooooorge a casa para recoger unas sarténes que dice que compró ella. - ¡Son mías! - Madame decir queu son de ellau. - ¿Qué madame, inglés? - Your abuelau. - ¿Se ha metido a madame? ¿A su edad? ¡Eso es una guarrada! ¿Y para qué quiere las sarténes? ¿Es un negocio masoquista y quiere usarlas para dar sartenazos a los clientes? - ¡Mi no entender! - Entonces me acordé de que se río de mi cuando a España le metieron cinco goles y dijo que England había ganado - ¡No te las llevarás pero las catarás, inglesito! - Y le arreé un sartenazo que lo dejó tendido en el suelo un buen rato.

A mediodía la abuela me llamó muy alterada: - "¡Me has estropeado el mayordomo, con lo caro que me cuesta!" - Se cachondeó de los cinco goles que le hicieron al novio de la Carbonero - "¡¿Qué me dices? !Bien que has echo. Ahora le pondré yo las peras a cuartos al hijo de la Gran Bretaña esa. Con lo bonica que es la Sara... ¡y a Casillas ni tocarlo!"

- ¡Avemeriapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Te has enterado de lo que pasó con las canoas en la Dragonera? Lo estaban hablando dos beatas en la iglesia donde he entrado a trabajar? ¡Ni al que asó la manteca se le ocurre salir al mar con esas cáscaras de nuez cuando el fraile Paco anuncia mal tiempo! - No todo el mundo tiene un fraile Paco en casa... - También lo dijeron los medios de comunicación aunque, lo que es realmente infalible es el callo que tengo en el pie, un ull de poll. ¡No falla nunca el jodío!... ¿Qué hay para comer?

Mas tarde, Pascualita levantó los bracitos para que la cogiera. Tanta amabilidad me ha escamado y me he puesto las gafas de sol y el guante de acero. ¿Estará envejeciendo? ¿Echará de menos el cariño que le daba la abuela?... Tendría que hablar más con ella pero cuando veo esos ojos saltones, la piel color de ahogado, esos pelo-algas erizados y escasos y sobre todo, los dientes de tiburón cuando los saca a pasear, no sé qué contarle. Al final y hablándole bajito para no despertar a la vecina, le he dicho: -  Pascualita: si bebes no conduzcas. ¿A que eso no se te olvidaría?. Pues hay listos no se lo aprenden y luego corren a esconderse bajo la americana o la toga del trabajo de papá... ¿Y qué les pasa? ¿les dan un capón como los de la abuela? No, no. A los niños bien se les reprende así: Que traviesillo ereeeeees ¿A qué no lo harás más? Muy bien, ya puedes ir a tomarte tu media botella de chinchón, bonito.

- ¿He oído bien? (la Cotilla no deja el radar quieto ni cuando duerme) ¡Trae pa ca la botella antes de que te arrepientas!

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