miércoles, 18 de junio de 2014

¡Uf, que día! El Rey abdica; juega España. O juega España y abdica el Rey... ¿Qué acto tendrá más espectadores histéricos delante de la televisión? No sabría decirlo porque, oyendo la radio o leyendo los periódicos, ambas cosas son importantes, decisivas, históricas, etc. etc.... para España.

- "¿Has comprado las pipas?" - La abuela, con su natural delicadeza, me ha llamado a las siete de la mañana para recordarme tan urgente recado. - ¿Para ti y el abuelito? (mi voz sonaba pastosa y el cerebro era una nebulosa amorfa encerrada en un sueño del que me costaba salir) ¿Os ha dado por fumar en pipa? - "Óyeme, boba de Coria. Esta noche juega España y vamos a ir a ver el partido al Funeral y me he comprometido a llevar yo las pipas y como el mercado está junto a tu casa, te pedí que las compraras... ¿recuerdasssssssssss?" - ¿No hay que comprarlas en el estanco...?- "Son pipas con sal ¡¡¡CON SAAAAAAAAAAAAAL!!! - Oído, cocina... - Y colgué.

A mediodía ha venido Geooooorge con el rolls roice acompañando a la Momia. Siempre que la veo no puedo dejar de pensar que se ha dejado las vendas en casa. Cada día está más momificada. - ¿Has traído una pipa para mí también?- ¿No es muy mayor para ponerse a fumar? - ¡Que va! Lo he hecho siempre, aunque a escondidas de mi marido al que solo le gustaba que fumaran sus queridas, Yo no porque era la legítima y estaba mal visto que le besara la mano a un cura apestando a tabaco. - ¿Tenía amantes mi bisabuelastro? (dije escandalizada) - Claro que sí. Hubiese sido de mal gusto y hasta sospechoso, que todo un señor adinerado no tuviera un lío de faldas. - ¡Me hago cruces! - En cambio yo hice cuentas... y vi que me salía más rentable cerrar los ojos y poner la mano que convertirme en un dechado de virtudes sin una perra en el bolsillo. - ¿Y no le pagó a su marido con la misma moneda? - Jijijijijijiji ¡Que lista ereeeeeees, jodía. Como diría tu abuela.

Media hora después de haberse ido volvió a sonar el teléfono. - "¡¡¡TE DIJE PIPAS CON SAAAAAAAAAL, BORRICAAAAAAAAAA!!! - En aquel momento entró la Cotilla - Mira lo que he "conseguido" en una de las tiendas de los chinos del señor Li - Y me enseñó un montón de paquetes de pipas con sal - ¡Ay, Cotilla, me ha salvado la vida! ¡Abuela, ya tengo las pipas! Luego te las llevo al Funeral. - Me costó Dios y ayuda que la vecina me las vendiera a precio de coste - ¡Pero si le han salido gratis y encima come de gorra todos los días en esta casa! - Los negocios son los negocios.

La cafetería El Funeral estaba de bote en bote y en cuando vieron las bolsas de pipas, me asaltaron algunos parroquianos pero poniendo las manos en mi pecho. Supongo que por aquello del Parkinson. - La abuela sentada junto a su amiga Conchi y otras más, alababan los cuerpos de los futbolistas. La abuela llevaba colgado el termo de los chinos y la cabeza de Pascualita asomaba un poco.  Los nervios de los presentes se fueron tensando a medida que avanzaba el partido. Ya no comían pipas, las escupían. Gritaban, maldecían y escupían, dejándolo todo echo una pena. Pascualita debió creer que se trataba de un concurso de a ver quién escupe más lejos y empezó a escupir, a diestro y siniestro sus chorritos de agua envenenada y pronto en la cafetería solo se vio a gente mayor danzando alocadamente y dando gritos lastimosos mientras se daban contra las paredes porque el dolor no les dejaba ver. Los clientes que estaban en la barra del bar se partían de risa. Incluso alguno dijo: - Ya me gustaría a mi tener ésta energía cuando llegue a su edad.

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