lunes, 18 de agosto de 2014

Menudo día pasamos ayer. Ni desayuno con ensaimada, ni conversaciones con Pascualita, ni lectura de periódico, ni ná de ná. Nos lo pasamos en la clínica entre vómitos, diarreas y lamentos. Y todo por culpa de Andresito, su hijo el Médico y Geoooorge. Son tan remilgados con la comida que cualquier cosa les cae mal. En cambio nosotras que, por no tirar, nos comemos las sobras de dos o tres días fuera de la nevera. Quitamos el trocito de fruta que no está podrido y hacemos macedonia..., tenemos el estómago a prueba de bomba.

Ellos dicen que la culpa de estar muriéndose, ¡ya sabemos lo exagerados que son los hombres! es de la ensaimada grande de crema que cogió la Cotilla del contenedor de basura. Pero bien que se la comieron los muy golosos. Y tampoco se espera que en un barrio de postín tiren algo en mal estado.

Cuando se pusieron malos y me dejaron el suelo perdido, llamamos a la ambulancia, a pesar de que la Momia dijo que no hacía falta - No les hagáis caso. Solo quieren llamar la atención para que los mimemos. - Pero yo no estaba dispuesta a tener que pasarme todo el día limpiando porquería así que marqué el número de teléfono, exageré las dolencias y en pocos minutos oímos la sirena.

En cuanto vieron a los tres enfermos cundió el pánico entre el personal sanitario. Hicieron llamadas, yo diría que angustiosas, y vino el ejército. Nos metieron a todos en bolsas de plástico como si fuésemos patatas, mientras ellos se cubrían de pies a cabeza igual que los apicultores cuando se las tiene que ver con las abejas de sus panales.

Nos trastearon de lo lindo: pincharon, analizaron, volvieron a pinchar. Preguntas y más preguntas a las que dábamos respuestas negativas. Hasta que la Momia, haciendo valer su edad y su señorío, dijo - ¡Ya está bien! Los enfermos no somos nosotras sino los especímenes masculinos. A nosotras la ensaimada nos ha sentado de maravilla.- Finalmente nos dejaron en paz y pudimos salir de aquel batiburrillo de plásticos y máquinas llenas de cables que hacía ¡Tuit, tuit, tuit!  Un médico nos indicó que ya podíamos irnos porque no teníamos el Évola - La abuela le arreó un bolsazo - "¡Ya no lo podría haber preguntado, bobo de Coria!"

El abuelito, el Médico y el Unitetillo siguen ingresados hasta que se les pase la cagalera. La Momia nos ha prohibido ir a verles. - Están en buenas manos. Nosotras solo haríamos que estorbar. - No nos hicimos de rogar. - Ahora, Cotilla, quiero que me cuentes, exactamente, dónde y sobre o al lado de qué, encontraste la ensaimada. Tengo que descubrir quién la dejó ahí... Seguro que son gente del quiero y no puedo. ¡Donde se ha visto que en mi barrio se tiren cosas que estén en mal estado! - "Eso son cosas que pasan" - En mi barrio, no. Se tiran porque sobran; allí lo compramos todo bueno ¡Faltaría más!... Por cierto (de dirigió a la abuela) Esta noche vamos al Funeral ¿verdad? ¡Tengo ganas de ligar! - ¡Eso! Yo también vendré (dije, ilusionada) - "¡Ni hablar! Tu te quedas por si llaman de la clínica. (ordenó la abuela) No sea cosa que se muera alguno de ellos y no nos encuentren en casa cuando nos avisen"

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