martes, 30 de septiembre de 2014

Aún no habían puesto las calles cuando ha sonado el timbre de la puerta, insistentemente, tanto como los golpes que, poco después, dió el vecino de arriba. Que sueño más ligero tiene este hombre. El caso es que necesité una media hora para despertarme y luego me entró una desazón por si quien llamaba era un ladrón, un asesino, un violador, un político... 

¡No podía abrir! ¡No debía abrir! ¡No me atrevía a abrir!... Lo que hice fue a mirar por la mirilla ¡pero la luz de la escalera estaba apagada! Entonces pedí ayuda al vecino de arriba. Cogí la escoba y golpeé el techo del comedor. Cuanto más golpeaba yo, más fuerte respondía él. Eso me dio confianza porque se había establecido entre nosotros, un código secreto. Lo malo es que era tan secreto que no nos entendimos. Yo le decía que bajara y sorprendiera al criminal que seguía, erre que erre, dándole al timbre, pero la cosa no funcionó.

Por fin una voz amiga me devolvió la confianza. A través de la puerta el Municipal dijo. - ¡¡¡Abre de una puñetera vez, boba de Coria!!! - Solté un suspiro de alivio que temblaron las paredes pero, en cuanto puse la mano en el pestillo pensé - ¿Y si el malechor lo está coaccionando para que me diga éstas cosas y yo me confíe? Y entonces, llevada por mi desesperación, me acordé del cuento de los cabritillos y dije - ¡Bedulio, enséñame la patita por debajo de la puerta! - ¡¡¡La madre que te parió!!!

Otra voz conocida sustituyó a la del Municipal - ¡Soy Geooooorge. Mi traer rabit Rabitou! ¡¡¡Abra, plis!!! - Y entonces abrí, aunque con precaución por si las moscas. 

El rellano estaba lleno de gente en camisón y pijama. Eran los vecinos que, enfadados, me dedicaron un sinfín de lindezas - ¿Y si hubiese sido un violador quién llamaba? (razoné yo) - ¡Que más quisieras, bonita! jajajajajaja - ¡Ya tiene razón tu abuela cuando dice que no eres más tonta porque no te entrenas! 

El Unitetillo me empujó y cerró la puerta de casa. - Yo traer rabit. You guardar. Madame querer hacer foigras de rabit... ¿Por qué no abrir? ¡Yo llamar una hora! - ¿No podías venir más tarde a traerme al conejo? - ¡Nou. Madame decir que hacer receta foigras prontou! Además, ahora no buses. - ¿Has venido con el rolls royce? - ¡Yes! Yo ser chófer... ¿Preparou té? - ¡¿Té?!... ¡Te vas por donde has venido, cacho carne con ojos! Has despertado al vecindario y me has dado un susto de muerte ¿por qué no decías que eras tú? - ¡You no preguntar a mi, boba de Coria! - ¡¡¡¿Queeeee?!!!

Es fue la gota de rebosó el vaso. Le di una patada en la espinilla al Unitetillo que estuvo saltando a la pata coja hasta que se estrelló contra el suelo cuando le hice la zancadilla. Gritaba como si le estuvieran matando, que no era el caso pero si mi intención. Con el jaleo Pascualita se despertó malhumorada y eso es peligroso, así que cuando pasé junto al cubo de fregar de los chinos en persecución de Geooorge, me puse las gafas de sol por lo que pudiera pasar pero la sirena saltó sobre la cabeza del inglés con toda la mala idea del mundo. 

A pesar del escándalo, el Municipal no volvió. No es lo mismo enfrentarse con los vecinos que con el abuelito y los gritos del inglés tenían toda la pinta de que estaba siendo atacado por su fantasma.

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